El joven nicaragüense, Jorge Alberto Jiménez Umaña, sintió que su vida terminaría al enterarse de que estaba infectado de VIH en el 2012.

La vida de Alberto Jiménez siempre estuvo marcada por episodios de abuso sexual e intentos de asesinato por parte de su madre, quien era alcohólica y en tres oportunidades, atentó contra la vida de su hijo, mientras se encontraba ebria.

Esta serie de acontecimientos trágicos, llevó al joven a refugiarse en el mundo del homosexualismo e incluso, intentó suicidarse en varias ocasiones.

Al cumplir 16 años fue diagnosticado con VIH. En ese momento, comenzó a correr por su mente una gran cantidad de preguntas, la incertidumbre se apoderó de él y por un instante, pensó que no había salvación para él.

Mientras transcurría el tiempo, su estado de salud comenzó a empeorar. Su sistema inmunológico empezó a debilitarse lentamente, ocasionando la aparición de un edema cerebral y deshidratación aguda.

Sin embargo, tres días antes de enterarse de que padecía de la enfermedad, recibió una palabra de parte de Dios a través de una pastora en donde el Señor le decía: “Entrarás en el Jordán, pero saldrás vivo de allí”.

Alberto tuvo que ser hospitalizado por varias semanas
Milagro del perdón
A pesar de toda la culpabilidad que Alberto sentía por haber actuado en contra de Dios, esta promesa de vida resonaba en su cabeza día tras día.

“El mayor milagro que yo pude haber recibido fue el amor de Dios. Realmente soy amado, aceptado, perdonado y, sobre todo, hijo de Dios. Cuando uno sabe quién es, nadie podrá derrumbarte”, señaló Jiménez.

En medio del proceso que Alberto vivió, el Señor siempre le dio señales de que estaba con él y que aún había esperanza. Una mañana, el sol resplandeció para él y recibió la sanidad divina en su cuerpo.

“Si estás pasando por esta enfermedad, quiero decirte que hay esperanza. Cristo pagó todas nuestras deudas, así que ya tú no eres un deudor. Solo te digo que vengas a Cristo y lo aceptes. Ya no debes vivir pensando que tienes que vivir con algo, que alguien ya pagó por ti”, agregó Jiménez.

Tras conocerse de su sanidad, Alberto ha sido invitado a cientos de iglesias en donde testifica de lo que el Señor hizo en su vida.

Jiménez dicta talleres de abstinencia y charlas de prevención en el contagio del VIH a jóvenes, adultos y matrimonios en Nicaragua y el Salvador como actividades de carácter social.

Entre sus sueños se encuentra llevar la palabra de salvación a miles de personas con VIH a través de una fundación, para restaurar no solo su vida espiritual sino también de proveer de donativos en medicinas y alimentos.

  Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. – 1 Juan 3:1

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