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Algún mes del 2015

Aunque no es la fecha, en la cual estoy escribiendo este testimonio, fue realmente el año cuando inició el sueño.

Gracias a Dios tuve la oportunidad de culminar mi Licenciatura (2013) y unos días antes de recibir el diploma de manera sobrenatural (es sobre natural, porque no llevé hoja de vida, ni conocía a nadie que trabajara en ese lugar, y mucho menos JAMÁS pensé trabajar en esa universidad.), me llamarón de ahí, la universidad donde había culminado mi licenciatura para ofrecerme una vacante justamente de lo que había estudiado; algo que me sorprendió demasiado.

Cuando inicié en el trabajo mi compañera de oficina, una mujer con un corazón tan puro Ana Taylor, me comentó sobre la  proyección de vida que ella tenía, y entre ellas era ser docente universitaria (lo cual hoy en día es), por los múltiples beneficios que ofrecen, especialmente la disponibilidad de horarios, así que lo analicé y me fue gustando.

Desde hace varios años, Dios me ha ayudado a desarrollar empatía, y el saber expresarme mejor, en mi punto de vista, habilidades muy cruciales para poder ser docente.

Así que viendo esto, tomé una maestría en Negocios, y cuando terminé apliqué al IFARHU, para obtener una beca para estudiar el Postgrado en Docencia Superior y que creen ? ME LA GANÉJ, así que solamente pagaba matrícula 2 o 3 veces al año y ya.

Al inicio fue mucha felicidad porque no siempre todos los que aplican obtienen el beneficio (al menos no hace 3 años atrás). Cuando averigüé el horario de las clases decía que era los sábados cada 15 días, estaba un poco nerviosa para pedir el permiso ya que se trabaja todos los sábados, pero me atreví y me dieron el permiso; luego me comunican el día del inicio de clases, que ya no eran cada 15 días, sino TODOS LOS SÁBADOS, casi mueroooo  me entristecí, pero Dios que es rico en misericordias, me dio la valentía para pedir el permiso de todos los sábados y que creen? ¡ME LO CONSEDIERON! En serio..!!! ¡yo no podía creer tanta bondad!, imagínense por más de 1 año TODOS los sábados libres, pero fui agradecida con mi trabajo y cuando yo sabía que era muy necesaria mi presencia simplemente no iba a recibir clases.

La beca cubría hasta la Maestría pero era mucho tiempo y ya me sentía apenada con el trabajo por tanto tiempo fuera, así que decidí quedarme hasta el postgrado, al pasar de los meses en el 2018 la coordinadora de la facultad donde podía dar clases me indica que estaba interesada en que yo aplicara a dar clases.

Así que conversó con la Directora de aquel entonces y la misma le indicó que era muy complicado ya que tenían que dejarme como docente permanente, porque soy permanente administrativa y era un estudio muy grande que se debía hacer y que era difícil me dieran esa permanencia, así que lo más óptimo era desistir.

La coordinadora siguió insistiendo por la necesidad de docente que tenía pero la directora volvió a rechazar la petición, hasta yo hablé directamente con ella y me dijo que no se podía.

No me entristecí ni nada, (no porque sea la más fuerte,) es que después de tantos tropiezos uno aprende que si pasan las cosas de cierta manera es porque no es el momento de Dios.

Un buen día la coordinadora me dice que habláramos con el vicerrector, y le dije: “No, si es de Dios que dé clases aquí el arreglará todo”. Así que lo dejamos así.

En Octubre 2019, a pocos días de mi cumpleaños, el Vicerrector vino a visitar la sede y a conversar con la nueva directora me llaman a la oficina y el me pregunta ¿ya estás dando  clases?, en un momento quedé en el aire, ni me acordaba que él también me había dado permiso para tomar el Postgrado, le respondí: ¿clases de qué?, y él dice: pues que si ya te pusieron de docente, y le respondí que no y le expliqué todo lo que arriba les mencioné, que no se podía supuestamente, etc, etc….

A lo que él se dirige a la nueva directora expresándose de una manera muy especial sobre mí, casi lloro, entre las cosas que dijo: “autorizo para que inmediatamente pongan a Leydi en la planta docente” y yo disque no se puede profe, y él si se puede y yo que no (pueden creer que encima dije eso jajajaj).

Él me dice: “si es por lo de que debes ser permanente no te preocupes, es cierto que no están dando permanencia, pero sí puedes ser docente a tiempo parcial” (aquí le llamamos tiempo parcial cuando el docente da clases 2 cuatrimestre de los 3 que son en el año).

Así que le avisé a la coordinadora en cuanto la vi y ella muy contenta me dice que él debía dar la aprobación de manera escrita; y pensé “esto va a ser más complicado porque él es de los que si dice algo, no espera que le pidan nada escrito, porque es alguien de autoridad” de verdad eso si me preocupó; pero Dios es tan bueno y conoce las necesidades de cada uno, al día siguiente en cuanto llegué a la oficina suena el teléfono del trabajo y cuando contesté era el vicerrector y su primeras palabras: “quien habla Leydi? Yo: Hola Profe, él: ya todo listo con lo de tus clases, y le expliqué que tenía que enviarnos su aprobación de manera escrita, y se molestó, y me dijo que él no tenía que hacer eso así que su palabra vale. Que si se presentaba algún inconveniente con planilla que le avisara.

Así que la coordinadora le escribió agradeciendo me tomara en cuenta, se envió todo para Panamá y heme aquí dando clases a dos grupos J. Dios movió todo, no porque soy la mejor, es que Él nos ama y está dispuesto a siempre cuidarnos si decidimos confiar en Él.


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Categories: Testimonios

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