Un buen día un niño entró a una tienda y preguntó por unos perros que tenían a la venta, el dueño le dijo su valor pero en ése momento el niño no tenía el dinero para pagarlo.
El niño le dijo al señor qué iba a ahorrar y regresaría por su perro, sin embargo el dueño de la tienda le dijo qué se apresurara antes que se lo llevarán.
Él niño muy determinado le dijo al Señor qué él regresaría y su perro estaría allí.
Al pasar las semanas el niño regresó y preguntó por él perro y él dueño le dijo que solamente le quedaba uno, pero qué estaba cojo de una patita de nacimiento.
El niño voltio todos sus ahorros y dijo: yo lo quiero así.
El señor no entendía porqué el niño quería un perro cojo qué no podría jugar ni correr con él.
Al retirarse el niño, el señor del local lo miró fijamente y se percató qué el niño tenía una prótesis en una de sus piernas.

Ésta historia me impactó mucho, porque a veces pasamos momentos difíciles qué nadie pareciera entendernos pero hay alguien qué si sabe lo qué tú y yo sentimos en nuestros momentos de sufrimiento y es Jesucristo.

Cuando Jesús bajó de la barca, vio a la gran multitud, tuvo compasión de ellos y sanó a los enfermos.
Mateo 14:14 NTV

Así cómo ese niño tuvo compasión de ese perrito porqué sabía lo qué significaba ser diferente a los demás, así mismo Dios sabe cuando te sientes lejos del montón, apartado, avergonzado y rechazado.

Él es el único que siente tú dolor, él es el único qué puede sanarte.
Jesús quiere recorrer cada paso junto a nosotros, él prometió no dejarnos sólo. Él prometió amarnos hasta el fin.

Pagó un precio muy alto por amor, él, entregó su propia vida para estar cerca de ti, él te ama.

Hace tiempo el Señor le dijo a __(menciona tú nombre) : «Yo te he amado, pueblo mío, con un amor eterno. Con amor inagotable te acerqué a mí.
Jeremías 31:3 NTV

Jesucristo, si te entiende.

Dios te bendiga 🤗

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