Palabra
Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Mateo 4:18-19
Meditación
Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Mateo 4:18-19
¿Nos llamó Jesús?
Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Mateo 14:28-29
¿En nuestro caminar hacia Él nos falló la fe?
Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Mateo 16:16
¿Por experiencia propia entendimos que, verdaderamente, es el Hijo de Dios?
Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Mateo 16:22-23
¿Nuestras emociones o sentimientos, que muchas veces son engañosos a menos que Dios purifique nuestros corazones, nos han impedido ver la voluntad de Dios?
Él le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte. Lucas 22:33
¿Nuestros corazones estuvieron, genuinamente, dispuestos a seguirle?
Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco. Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber? Juan 18:10-11
¿El comprender a Jesús en fuerzas humanas, en ocasiones, quedó en evidencia en nuestra forma de actuar?
Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dijo él: No lo soy. Juan 18:17
¿Nuestras acciones, nuestras palabras lo negaron?
De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; más cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Juan 21:18
¿Comprendemos que requerimos de una madurez espiritual? ¿Comprendemos que el caminar con Cristo requiere dependencia de Él, de Su Presencia?
Jesús es quien nos llama. Jesús es quien nos califica. Jesús es quien transforma. Jesús es quien envía al que nos ciñe. Jesús es quien nos fortalece. Jesús es quien nos infunde aliento, quien completa su obra.
Nosotros necesitamos creer, permanecer activamente.
Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Santiago 2:18
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:4-5
Oración
Señor, capacitas al que llamas. Llamas gente imperfecta, no como excusas para continuar iguales, sino para mostrar tu poder transformador en nosotros. Seguirte nos introduce en tu plan de redención, que pase lo que pase estamos dentro de Él mientras te dejemos trabajar en nosotros. Lo que no deseas que quede igual. Clamamos la gracia tanto amar cada día más, creer y permanecer a tus pies. Contemplándote somos transformados. Gracias por enviar al Espíritu Santo para ayudarnos en llevarnos a esa madurez. Amén.
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