Salmo 34 \”Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán\”

Mi alma se gloría en el Señor ; lo oirán los humildes y se alegrarán.  Engrandezcan al Señor conmigo; exaltemos a una su nombre.  Busqué al Señor , y él me respondió; me libró de todos mis temores.  Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza.  Este pobre clamó, y el Señor le oyó y lo libró de todas sus angustias.  El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen; a su lado está para librarlos.  Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian.  Teman al Señor , ustedes sus santos, pues nada les falta a los que le temen.
Salmo 34:2-9 NVI

Analicemos un poco el texto escrito por el que en ese momento estaba próximo al trono de Israel, David, un muchacho quien parecía que estuviera viviendo una vida de ensueño hasta que el que le prometió el trono, Saúl, se ensaña en contra de él y quiere matarle, realmente la vida de David no es que fuera perfecta antes de convertirse en libertador de los israelitas frente al ejército de los filisteos pero si era un poco más tranquila con todo y los leones asechando sus ovejas, pero definitivamente que hasta aquí David nunca perdió de vista que Dios estaba en control y es aquí cuando escribe este hermoso Salmo en el que exalta al Señor y le dice te bendeciré en todo tiempo, en un momento en el que andaba huyendo de Saúl y escondido, un momento en el que quizás estaba pasando hambre, necesidad o frío, un momento en el que estaba solo y lejos de su familia, todo esto sin siquiera pedirlo pero ya Dios lo había elegido, ya lo había predestinado para ser un rey y el había aceptado esto.

El análisis que podemos sacar de estos primeros 9 versículos del salmo 34 es extenso pero lo principal que salta a mis ojos cuando lo leo es cuánta confianza tenía David en Dios al decir en un momento como este, bendeciré a Dios en todo tiempo y nuestra oración hoy es que nosotros como él podamos desarrollar tal confianza que en cualquiera que sea nuestra situación; gozo, tristeza, alegría o ansiedad; tengamos tal confianza para decírselo y seguir recitandolo y creyendo de que cuando le buscamos de todo corazón el nos oye y no solo nos oye si no que también nos responde y nos libra de todos nuestros temores, tengamos siempre presentes que radiantes están los que acuden a él pero sobretodo que la humildad para decir este pobre clamó y Dios lo escuchó, nunca se aparte de nosotros, porque entonces Èl nos librará de todas nuestras angustias, definitivamente que David confiaba ciegamente en Dios y así debemos hacerlo nosotros también pero también nos deja muy claro de que el Ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen y nos dice prueben y vean que bueno es el Señor, nos hace reflexionar y llevar nuestra vida hacia la santidad diciendo nada les hace falta a los que le temen.

Padre en el nombre de Jesús creemos que tú has planeado todo para nuestro bien como lo dice tu palabra en Romanos 8:28 y por eso nos disponemos a decir en todo tiempo, bendeciré al Señor y su alabanza estará siempre en mi boca, ayúdanos a vencer las voces que nos dicen, no puedes, no lo vale, rindete; con tu voz que nos dice: radiantes están los que acuden a mi, jamás su rostro se cubre de vergüenza, ayúdanos a recordar esto siempre para acudir a ti en cualquier que sea nuestra situación, que nuestra confianza seas tú y no por lo que puedas darnos si no por lo que eres, eres el todopoderoso, sublime y verdadero Dios único digno de la mejor alabanza, eres Padre,Hijo y Espíritu Santo, todo esto en el nombre de Jesús, amén.

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