Tienes que morir

Hace muchos tiempo leía en un libro una comparación sobre una epidemia mundial que estaba afectando tanto a grandes como a chicos, hombres, mujeres y los médicos estaban en busca de la cura pero aún no la encontraban para salvar a las personas que cada minuto morían.

El autor del libro decía : Que pasaría si los científicos determinan que en tú sangre está el antídoto para la cura de todos, pero que es necesario que mueras para que ellos sean salvos. Estarías dispuestos a morir?
Para que la humanidad viva?

Por un momento me quedé paralizada leyendo, porque no sé si yo sería capaz de hacerlo, es muy fácil leerlo, pero que sea real en tu vida y estés dispuesto a morir para salvar la vida de todos es otro cosa, realmente lo haría?

Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados
a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de
Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
2 Corintios 4:11

En la historia de la epidemia también estamos involucrados tú y yo para rescatarlos, en este pasaje de Corintios nos habla que No entregamos a la muerte, porque? Porque cada vez que tú y yo dejamos que Cristo Reine en nuestras vidas, debemos morir a los deseos de la carne (irá, enojo, fornicacion, adulterio, chismes, rencores, envidia, etc.)

Si morimos a todo lo que desagrada a Dios y vivimos para él, somos ese antídoto impregnados de Jesucristo para salvar a la humanidad porque su sangre corre por nuestro interior para que el pecado no los lleve a la muerte eterna y física, sino que conozcan el amor de Dios a través de tu vida y la mía.

Te vuelvo a preguntar, estas dispuesto a morir?
Estas dispuesto a renunciar a lo que impide que se manifieste la obra de Dios en ti y seas el antídoto de Cristo en la tierra y levantar a los caídos, darles vista a los ciegos, sanar a los enfermos, sacar la pobreza de las familia, que estamos dispuestos a matar para vivir la vida de Jesucristo?

Qué hoy sea un día para morir, renunciar a lo que te impide cumplir el llamado de Dios en tu corazón y te conviertas en un hijo de Dios que manifiesta su imagen.

Que tengas un gran día, bendiciones.