Desde niños, nuestra imaginación se elevaba tanto que soñábamos con ser grande y poder lograr muchas cosas, algunos quizás soñaban con ser: astronautas, otros doctores, otros cantantes, otros modelos, otros jugar por siempre… en fin…muchos sueños, que con el paso del tiempo dejamos de tener y creímos que realmente era imposible lograrlo.

Génesis del 37-41 relata parte de la vida de José, un joven soñador, que por causa de esos sueños sus hermanos casi lo matan.

Puedo decir que la manera en que José soñaba, quizás no es Justo como lo que detalle al inicio de este devocional, pero si pienso en José cuando despertaba imaginando, tratando de descifrar el sueño de que el sol y la luna y 11 estrellas se le inclinaban, (Genesis 37) quizás pensado “seré grande”, “lograré grandes cosas”…o “seré grande cómo mi papá”

Pero cómo siempre alguien intentando derrumbar su sueño, y que triste que hayan sido sus mismos hermanos.

Quizás en tu caso, ya no eres un niño, pero aún tienes un sueño, todavía hay cosas que deseas alcanzar, que deseas cumplir, pero hay alguien que te dice: \”Tú, lograrlo naaa,” o ”Tú ser eso en el futuro lo veo difícil”.

Quiero recordarte, que SI puedes lograrlo.

Yo recuerdo que cuando salí embaraza tenía 16 años y tuve mi hija a los 17, no recuerdo una sola persona que me haya dicho “puedes salir adelante” o que no me haya dicho “tu futuro se dañó”

No tomes este ejemplo a la ligera, quedar embarazada a esa edad, es DURO, evítate ese proceso y espera tu tiempo y a la persona que Dios tiene destinada para ti, para formar una familia.

Pero, traigo este ejemplo a memoria, porque muchos sin “mala intención”, me destinaban al fracaso, al hoyo, pero para la Gloria de Dios, por su misericordia, hoy soy profesional, casada y con un hogar hermoso bajo la bendición de Dios.

Así que, no pierdas de vista tus sueños, lucha por ellos, entrégaselos a Dios, saca espacio todos los días, y dile lo que quieres ser o hacer, descríbele lo que tienes en mente, él te irá guiando y abriendo camino poco a poco para que puedas lograrlo.

Ahora te pregunto: ¿Y tus sueños?

Dios te bendiga.
LA

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