2 Corintios 12:10
Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Este versículo es muy importante recordarlo, pues en este mismo será basado este escrito.
Cuando empezé a caminar con mi Señor Jesucristo, tuve un sueño, en este me encontraba en una iglesia, donde una mujer, mi miró y me dijo que me acercara a ella, al hacerlo me dio un gran abrazo, en el cual sentí mucha ternura y susurrandome con firmeza me dijo: ¡SÉ FUERTE, HASTA EL FIN!, este sueño causó un gran impacto dentro de mi, sin embargo, es ahora donde puedo mirar y comprender la razón por la cual a través de ese sueño, Dios me dijo que fuera fuerte, pero, ¿que es ser fuerte?
Hablar de ser fuerte es ser esforzado, resistir, soportar las cosas.
La realidad es que en Cristo se ha de pasar por diversas pruebas, dificultades de las cuales, algunas, son tolerables, mientras que hay otras, en las que no se sabe ni que hacer, manifestándose el deseo de \”tirar la toalla o colgar los guantes\”, como se dice.
En medio de estas situaciones que muchas veces son consideradas tortuosas, es donde podemos ser partícipes de comprobar la bondad y fidelidad de Dios, como establece en su palabra, en Salmos 27:13: \”Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.\”, también cuando le dijo al Apostól Pablo en su ruego porque quitara su debilidad \”bastante mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad\” (2 Corintios 12:9), es decir que aunque sentía no poder más, aferrándose a la voluntad de Dios, le muestra que su fuerza es la que embarga nuestro ser cuando sentimos desmayar, ya que nos prepara de antemano y es en ese proceso de tribulación, de adversidad, donde su fuerza o poder se hace latente, por la Dispocision de seguir con su ayuda, dando lugar a su actuar sobrenatural en casos en los que difícilmente se vea una salida.
Por eso Dios hoy te dice: ¡ SÉ FUERTE, SE VALIENTE, YO ESTOY CONTIGO PARA LIBRARTE! (Josue 1:9, Jeremías 1:8).
Debemos tomar en cuenta que los días son malos, el tiempo del fin está cerca y Jesucristo solo quiere y pide que te acerques confiadamente a él, aunque consideres que todo puede estar desmoronándose a tu alrededor, el está dispuesto a ser tu salida.
Por tanto es tiempo de buscarle, de adorarle en espíritu y en verdad, de dejar que te forme aunque duela, Dios quiere que resistas, porque lo cierto es que te ama, quiere salvarte y cuidarte de todo lo que ha de venir.
¡Prepárate, Cristo Viene Pronto y quiere que seas fuerte!
Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.
Joel 3:10
Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
Salmos 73:26
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece
Filipenses 4:13
Cristo te ama
¡Dios te bendiga!
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