Alguna vez se te olvido echarle sal a algún alimento?
A mi me ha pasado la primera y ese sabor super simple no me gusta.
Me puse a investigar un poco sobre la sal ya que la biblia nos habla de que nosotros somos la sal y esa comparación me llamó la atención.

La sal contiene sodio que es un componente que nuestro cuerpo necesita ya que regula la cantidad de líquido en nuestro cuerpo.
Es rico en minerales, ayuda a evitar la deshidratacion, mejora la función del cerebro y la salud digestiva, etc.

La sal también preserva muchos alimentos que consumimos a diario.
Que tiene que ver todo esto con nosotros? Lo que nos quizo decir es que somos importantes y muy valioso, tú vida puede influenciar en la vida de otros de forma poderosa si nos dejamos usar por Dios creyendo en qué somos escogidos en este mundo para hacer la diferencia.

Si es Espíritu Santo nos transforma podemos impactar todo lo que nos rodea, un simple Dios te bendiga a la persona que te atendió en el restaurante puede traer muchas bendiciones a otros.

No dejes que la sociedad, los principios equivocados del mundo te dominen, tenemos el poder de Jesucristo para modificar todo lo que tocamos y hacer fructificar para que el nombre de Dios sea exaltado.

Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Mateo 5:13

Nuestra vida necesita la sazón de Cristo, sin ese sazón estaremos viviendo una vida amarga, sin sentido.
Ponle sabor a tu vida, contagia a otros con amor, tu humor y optimismo.
Si te encuentras a alguien simple hoy, contagialo con tu sal.

Author

Categories: Devocional

0 Comments

Leave a Reply

Avatar placeholder

Your email address will not be published. Required fields are marked *