En los ministros, gobernantes y presidentes está el peso del pais; en sus manos lo que se haga para evitar catastrofes. En nuestras manos Dios nos dice que El ha puesto el peso de su gloria; cuanto más nosotros no debemos velar por El pais, Por nuestra gente, Por nuestros semejantes.

NOS DEBE MOVER EL AMOR, NOS DEBE LEVANTAR Y SOSTENER LA COMPASIÓN, LA OBLIGACIÓN Y RESPONSABILIDAD…. DE MANTENER A ESTE PAIS EN PAZ. SIEMPRE BAJO ORACIÓN.

Dios no dice muchas veces en la biblia que si nosotros nos ocupamos de sus negocios, él personalmente se ocupará de cuidar nuestra casa, nuestra familia, nuestra vida.

Sabes… esta generación necesita comprender que tenemos un peso de gloria en nuestros hombros, es una carga de amor que debemos asimilar, y aceptar que si queremos ver un cambio o al menos presenciar un avivamiento en estos tiempos, nuestra tarea es ser esos pilares y la base por donde comience a moverse el Espíritu Santo a la vida de cada una de las personas que nos rodean.

La cuarentena debe movernos a orar por los nuestros, a acercarnos mas a ellos y mirar mas de cerca sus problemas, son nuestra sangre, sus problemas son los nuestros. Y espiritualmente…. si un miembro del cuerpo se duele, nos duele a todos…. y todos debemos apoyarnos para salir adelante.

La presencia de Dios debe comenzar en nuestra vida, en nuestro corazón. Guardemos su presencia y cuidemosla con celo santo, para que esa presencia se refleje a los demás por medio de nuestras acciones.

La biblia dice:

9 (11) No te fijes en mi maldad ni tomes en cuenta mis pecados. 10 (12) Dios mío, no me dejes tener malos pensamientos; cambia todo mi ser. 11 (13) No me apartes de ti; ¡no me quites tu santo espíritu! 12 (14) Dame tu ayuda y tu apoyo; enséñame a ser obediente, y así volveré a ser feliz. 13 (15) A los pecadores les diré que deben obedecerte y cambiar su manera de vivir.
Salmos 51:9‭-‬13 TLA

Dios puso en nuestras manos el peso de su gloria. Y ese trabajo solo es para valientes.

El peso de su gloria conlleva sentir el dolor de los demás, y cuidar la presencia del espíritu santo en nuestra vida.
Pesa como un alma, como una persona, como una vida, como gente sin amor y sin esperanza, sin comida y sin ropa, sin cama y sin hogar.

Si cuidamos su presencia, cuidamos a los que nos rodean, los cuales dependen de lo que Dios nos ha dado y lo que puso en nosotros, para ser salvos.

Pesa tanto que aveces lloramos, por pensar que no somos suficientes para cuidar la presencia de Dios en nuestra vida, que no somos suficientemente buenos para amar al prójimo como hemos sido amados nosotros.

Dios te bendiga.

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Categories: Devocional

1 Comment

Anonymous · June 27, 2020 at 10:01 am

me encanto, gracias por compartirlo.

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