Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.
– 1 Corintios 10:13
Pedir perdón es difícil. Para pedir perdón por una ofensa, tenemos que admitir que nos equivocamos. Tenemos que enfrentarnos cara a cara con nuestra culpa, y luego confesarla a otro.
Buscar el perdón requiere que nos humillemos; que seamos vulnerables ante otra persona. Y si hay algo que los humanos tememos, es la vulnerabilidad.
Pero las razones por las que tememos pedir perdón son las mismas por las que nos beneficiamos de él. Cada vez que buscamos el perdón, recordamos que no somos perfectos, ni podremos serlo nunca. Al igual que David, que escribió el Salmo 51, fuimos pecadores al nacer. Y sólo Jesús podía liberarnos.
Purifícame de mis pecados, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
– Salmo 51:7
David escribió este Salmo después de cometer adulterio con Betsabé (2 Samuel 11 y 2 Samuel 12). Imagina las mentiras que David pudo haber estado tentado a creer: \”¡Esta vez lo has hecho! Dios nunca te perdonará por eso\”.
Antes de arrepentirse y confesar, su conciencia lo atormentaba y se sentía muy desdichado. Anhelaba ser perdonado, recobrarse en sentido espiritual y volver a sentir la alegría de antes.
Pero al acercarse a Dios, vulnerable y humilde, David obtuvo una nueva comprensión de la profundidad de la compasión y el amor de Dios. Y nosotros también podemos hacerlo.
No importa lo sucios o indignos que nos sintamos, Dios sigue queriendo que acudamos a Él. Nuestro servicio y nuestro sacrificio no cambiarán el pasado, pero \”un corazón arrepentido y quebrantado\” es el terreno fértil donde crece la intimidad.
\”Tú no deseas sacrificios; de lo contrario, te ofrecería uno. Tampoco quieres una ofrenda quemada. El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; tú no rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios.\”
– Salmos 51:16-17
Bendiciones
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