¿Alguna vez has tenido una relación con alguien que te hizo sentir especial? Las personas con \”conexiones\” reciben un trato especial. Es posible que obtengan pases para el backstage de un concierto, acceso a una sala VIP con buffet o los mejores asientos para un juego. Ese tipo de asociaciones nos convierten en alguien, no por nuestro mérito, sino en función de a quién conocemos.

En la Biblia, se nos dice una y otra vez que cuando aceptamos a Jesús, nos convertimos en hijos de Dios.

¡Vaya, esa es una conexión! ¿Qué otra religión o sistema de creencias ofrece adopción por parte del creador del mundo?

Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos. Ahora lo llamamos «Abba, Padre». Pues su Espíritu se une a nuestro espíritu para confirmar que somos hijos de Dios. Así que como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios; pero si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento.
Romanos 8: 15-17

La Biblia también dice que podemos clamar a Dios como “Abba, Padre” (Romanos 8:15). Ese es un término íntimo que es similar a la palabra \”papá\”. Si tenemos a Dios como nuestro papá, cambia nuestro enfoque hacia Él.

Pasamos de sentirnos como esclavos aterrorizados de un Dios incognoscible a ser niños que pueden correr y sentarse en Su regazo para ser amados y aprender de Él. Lo vemos como alguien a quien acudir cuando está en problemas en lugar de alguien de quien esconderse.

Dios como nuestro papá también cambia la forma en que nos vemos a nosotros mismos. Cuando nos vemos a nosotros mismos como un hijo amado de Dios, nos vemos como alguien que importa sin importar dónde nos sentemos en el estadio.

Bendiciones

Author

Categories: Devocional

0 Comments

Leave a Reply

Avatar placeholder

Your email address will not be published. Required fields are marked *