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Palabra

 Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá. Rut 1:7

Meditación                                              

Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan. Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá. Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo. Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron, y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo. Rut 1:6-10

Debido a que el pueblo de Israel se alejaba constantemente del corazón de los estatutos de Dios, había venido sobre ellos un tiempo de hambre como consecuencia de sus acciones. Sin embargo, porque el pueblo, nuevamente, se había vuelto a Dios, Dios volvió a bendecir la tierra de Judá. Estando en tierra de Moab, Noemí oyó esas noticias y entonces decidió regresar a su propio país. Ella y sus dos nueras viudas comenzaron el viaje pero en el camino Noemí se detuvo para hablarles algo muy serio. Ella habló favorablemente en cuanto a sus nueras, porque creía que estas muchachas habían sido buenas compañeras para con sus hijos, y las apreciaba mucho. Aquí vemos que les aconsejó que regresaran a su pueblo para quedarse allí. Eso significaba que podrían casarse luego con los de su propio pueblo. Pero por otro lado, regresar a casa, realmente, significaba para ellas volver a otros dioses Y, al parecer, estas dos mujeres se habían declarado a favor de Dios. Sin embargo, mientras que una era genuina en cuanto a sus creencias, la otra no lo era.

Ahora, algunas de las cosas que Noemí les había dicho las entristeció, eso es evidente. Si estas dos mujeres se iban con Noemí, probablemente no les sería posible casarse por de nuevo porque ninguno de los israelitas se comprometería. Les estaba prohibido a los israelitas casarse con extranjeros.

El regreso a Judá con Noemí también significaría una pobreza perpetua, porque cuando ella había salido de su tierra, había perdido su propiedad. Sus tierras habían sido hipotecadas. Otros ahora tenían su pedazo de tierra y para poder recobrarla le haría falta un redentor. Habría un redentor, que hace referencia a alguien que asume una responsabilidad. Pero en este momento, eso no significaba nada para Rut ni para Orfa, que aún no lo sabían. Por lo tanto, Noemí les dijo que debían quedarse en Moab y casarse con los de su pueblo. Entonces, ellas se entristecieron muchísimo. Luego, ambas jóvenes le dijeron a Noemí que la acompañarían a Judá. Aunque solo Rut tomó la decisión lealmente.

Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos? Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí. Rut 1:11-13

Según la ley de Moisés, si un hombre moría en Israel, su hermano, tío, o sobrino, podía casarse con la viuda. La esposa del difunto podía pedir que uno de ellos fuera su esposo, a fin de que se perpetuara el nombre del marido. Pero, Noemí les dijo a Rut y a Orfa que ella no tenía más hijos y que no estarían actuando sensatamente si iban con ella a Judá, porque no podrían casarse fuera de la familia. Ninguno en Belén tendría interés alguno en ellas.

Es interesante observar cómo Noemí fue consciente de que Dios había juzgado a su familia. Al final todas las decisiones tomadas en la trayectoria de la vida familiar habían estado equivocadas, en contra de la voluntad de Dios y el resultado de todas las experiencias vividas en esa etapa era la amargura. Ese es el fruto, es decir, las consecuencias evidentes en la vida de toda persona que decide actuar con autosuficiencia frente a la autoridad de Dios. Pero Noemí estaba reconociendo el origen de sus males y aceptando con un espíritu de sumisión la voluntad de Dios. Y esa es la actitud que Dios requiere de cada uno de nosotros. En vez de adoptar una actitud de rebeldía, cuando aceptamos una determinada situación de la manera en que ella lo hizo, estamos colocándonos en las manos de Dios para que Él nos coloque nuevamente en la senda de sus planes y propósitos para nosotros. Estamos abriéndonos para que Dios nos limpie, y restaure lo que se haya perdido, repare los trozos dispersos de nuestra vida y los transforme en una personalidad nueva, coherente, que vive y actúa en armonía con Dios, y disfruta de Sus bendiciones.

Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. Jeremías 9:24

Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Zacarías 1:3

Oración

Señor, salimos de todo lugar donde no estás para ir a donde sí estás. Recuérdanos la dulzura de tu corazón. Continúa atrayendo nuestros corazones al tuyo. Te pertenecemos. Nos entregamos completamente a ti clamando por una fe que obre por el amor llegando a ser genuinamente verdadera. En pos de ti, de tu corazón, de tu voz, de tus pasos, solamente, queremos ir. Tú eres nuestro Dios. Ponemos nuestra familia en tus manos. Allí está mejor. Haz con nosotros tu voluntad. En el Nombre de Jesús. Gracias. Amén.

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Categories: Devocional

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