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\”Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.\” Hebreos 12:2

\”Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.\” 1 Pedro 1:9

Tomados de las manos somos para ser sostenidos sobre las olas en medio de las tormentas, en medio de las luchas. ¿Nos trazamos un destino para ir Jesús? ¿Iniciamos un camino, un viaje todo por amor? ¿Como Pedro nos propusimos, para Jesús, ser y darle no solo lo peor para que lo transformara sino también lo mejor para que nada de nosotros quedara sin pertenecerle a Él?

Así como de niños iniciamos nuestro viaje escolar emocionados con una sonrisa iluminada llena de ilusión por todas las cosas grandiosas que nos esperan: conocer a la maestra, comprar los útiles, estrenar las zapatillas nuevas para educación física, hacer las tareas, ganar una nota buena, conocer un mejor amigo, y todo lo demás; así la mayoría emprendemos nuestro caminar con Jesús. ¿Está esto mal? ¡No!

Observemos a papá y mamá. Ellos son motivados por entregarnos un futuro profesional mejor y por ver en nosotros la capacidad para estar allí. Cuando no queríamos continuar los estudios o dejar de prepararnos para un exámen, ellos nos recordaban la razón por la que habíamos iniciado e incluso hacia donde llegaríamos. ¿y qué decir de que llegó un momento en el que no necesitamos tanto recordatorio y comenzamos a hacerlo por voluntad propia? Habíamos comprendido los principales en obtener los beneficios, frutos de nuestro esfuerzo seríamos nosotros.

Esto habla a nuestras vidas acerca de nuestro propio caminar, recorrido con Jesús. ¿ Qué hacer si de repente, luego de que todo está bien, comienza a ocurrir lo que no esperábamos ni imaginábamos? ¿Será que eso que no esperábamos es señal de que debemos rendirnos, abandonar? ¿Lograremos el viaje? ¿Tendremos nosotros la capacidad?

\”Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.\” Juan 10:27-28

Los que miraron a él fueron alumbrados,
Y sus rostros no fueron avergonzados. Salmos 34:5

De la misma manera, que nuestro padre y nuestra madre creyeron en nosotros, creyeron que podíamos lograr el viaje, de la misma manera quisiera decirte que Jesús cree que nosotros podemos lograrlo; pero debo aclararte que lo hace de una manera aún más fuerte, más intensa. ¿Por qué? Porque nuestros padres nos aman con hermoso amor humano. Lo cual no está errado, en ninguna manera. Más el amor con el que nos ama el Señor es eterno. Que Jesús murió hasta resucitar por nosotros es causa más que suficiente para vencer. ¿otras de las mejores cosas de esto? Es un viaje para lograr en Sus fuerzas. Toda voz toda tormenta, toda lucha, toda enfermedad, todo problema, todo absolutamente todo ha quedado debajo de sus pies. La victoria que ganó en la Cruz fue dispuesta para ser nuestra. La única voz que está levantando ahora es aquella que nos dirige hacia arriba hacia la meta. A sus ángeles ha dado orden acerca de nosotros de que nos guarden en este recorrido para que nuestros pies no tropiezan en pierda y hasta para los tropiezos proveyó la solución. Todo lo referente a la vida y a la piedad nos ha sido dado.

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende. Salmos 34:7

Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. Juan 19: 30

Él trazó el camino. Su amor lo trazó. Lo que nos espera, el gozo que está puesto por delante es precioso, eterno, inimaginable. Jesús es nuestra inspiración. Porque Él vive vale acabar el viaje. Si lo emprendemos no estamos solos. Él va a nuestro lado.

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. Juan 14:1

En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Juan 14: 2

Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. Apocalipsis 5:5

ORACIÓN

Señor, has vencido. Como a Pedro se nos han levantado las olas, iniciamos ilusionados, pero considerándonos a nosotros y lo que a veces nos ha asechado, desmayamos. Pero recordamos que no son nuestras fuerzas ni nuestras capacidades, sino las tuyas las que nos llevan a vencer. Porque venciste, nos has hecho más que vencedores por tu amor. Declaramos por fe, que ya nos levantaste. Revélanos el gozo de que ya venciste y nosotros hemos vencido junto contigo. Levanta nuestras miradas. Crees en nosotros, nosotros creemos en Ti. Tu amor nos levanta. Nos respaldas. Gracias. Amén.

\”Jesús nos da las fuerzas para el siguiente paso. \”

Anónimo

https://www.youtube.com/watch?v=A_PiD1hwAdQ

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Categories: Devocional

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