Creo que la mayoría hemos caído en la típica pregunta ¿Qué estoy haciendo mal que todo me sale mal? ¿Por qué oro a Dios para que me ayude en algo y las cosas se ponen peores?
Yo me hice esas preguntas muchas veces y la razón es cuando le pedimos algo en específico a Dios y no vemos la respuesta como nosotros la queremos ver. Nosotros queremos que Dios cumpla nuestros deseos o nuestros anhelos en un límite de tiempo que nosotros mismo ponemos en nuestra mente, y sí, Dios lo va a hacer, pero en su tiempo y a su manera.
Muchas personas me decían en estas situaciones de que Dios iba hacer cosas grandes en mi vida, que Él cumpliría mis sueños y mis anhelos, pero en su tiempo y yo empezaba a decir en mi mente que fuera en ese mismo tiempo en que yo lo quería, que por favor no fuera ni en 2 ni en 3 años porque eso es mucho tiempo y me decepcionaba más todavía en el solo hecho de pensar que Dios lo iba hacer en un tiempo “lejano”.
Y la gran pregunta ¿Por qué tanto tiempo para darme algo que yo le pedía? Hasta que después de un buen tiempo entendí lo que el libro de SANTIAGO 4:3 me hizo caer en cuenta, por qué Dios lo hizo en su tiempo y no en el mío:
Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer.
No es que Dios no nos da, porque Él no pueda o porque Él no exista (porque allí es donde nacen muchos ateos). La finalidad con que anhelamos algo muchas veces es:
- Por venganza “para dejarle en claro a mi ex que yo sí puedo tener cosas mejores”
- Por querer competir con otros “qué dirá fulanito cuando me vea con este carro, mejor que el de él”
- Por vanidades “el afán excesivo de ser admirado por otros o malgastar en cosas innecesarias”
Pero ¿Dónde dejamos la Gloria de Dios? Entonces le estamos pidiendo algo a Dios para dar que decir, en vez de pedir que eso nos haga felices y glorificar su nombre y decir con amor que todo es gracias a Él. Aunque engañemos a los demás o inclusive a nosotros mismos diciendo que no es así, pues Dios conoce los pensamientos de nuestro corazón, aún de cosas que no conocemos de nosotros mismos.
Salmos 19:12 ¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas.
En fin, la respuesta está en que Dios sabe que no estamos preparados y no hemos entendido la finalidad con que Dios obra en nuestras vidas, porque Él no te va dar algo para que se lo restriegues a otro en la cara, si no para que seas feliz, para que veas su grandeza y su amor por ti, Él quiere que tu disfrutes y valores eso que Él prometió darte y para que grites al mundo entero que Dios lo hizo y que cuando ellos vean tu felicidad lo vean a Él y se sientan atraídos por buscarlo a Él.
Entendí que Dios quería y quiere sanar muchas cosas que había ocultas en mí, por eso te invito que des el primer paso a Jesús para que Él pueda sanar esas heridas de envidia, de venganza, rencor y que podamos perdonar al que nos hizo mal, para que cuando Papá dé respuesta a tu anhelo sea para su Gloria y disfrutemos de su bendición con humildad, paz y mucho amor.
¡Dios te Bendiga!!
0 Comments