Creo que muchos hemos escuchado el famoso refrán: “la esperanza es lo último que se pierde”. Algunos lo dicen casi como muletilla, y otros si de corazón, realmente poniendo su esperanza en Dios.

El evangelio de Juan capítulo 9, habla de que Jesús sana a un ciego de nacimiento.

En otro devocional, pudimos dar ciertas características de este hombre que fue sanado. Pero no queda hasta ahí 😁

Se relata que los padres de este ciego tenían temor de reconocer delante de las autoridades que Jesús había sanado a su hijo, así que hicieron que mejor indagaran directo al hijo que había sido sanado.

“Pero los judíos no creían que él había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, y les preguntaron, diciendo: ¿Es este vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora? Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego; pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo. Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que, si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él.” – Juan 9:18-23

Sin embargo, el hombre que fue sanado jamás tuvo temor de expresar lo vivido y de reconocer que Jesús lo había sanado, él sabía que podía ser expulsado de la sinagoga, sin embargo no le importó.

Este hombre a pesar de que nunca vio, y según la biblia pedia limosna (supongo era de padres pobre), no perdía la esperanza de que un día sería sanado.

Este versículo me lo confirma:

“Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ese oye. Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si este no viniera de Dios, nada podría hacer.” – Juan 9:31-33

Estos nos enseñan, a que debemos volver a mantener la esperanza despierta, pero confiando que Dios puede cambiar cualquier situación, para Él nada es imposible.

Hagamos esta pequeña oración:

Señor Jesús, reconozco tu grandeza, tu poder y tu amor por mí. Hoy pongo en tus manos mi esperanza, mis sueños y también mis preocupaciones, confío en que, así como sanaste a ese ciego, sanarás mi alma y cualquier enfermedad en mi cuerpo en tu tiempo.

Gracias por tu amor. Amén 🙏🏾

No olvides que eres valios@ para Dios.

Bendiciones.

LA

Author


1 Comment

Guadalupe · February 17, 2023 at 11:31 pm

Amén gracia por cada palabra de bendición

Leave a Reply

Avatar placeholder

Your email address will not be published. Required fields are marked *