Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos. – 2 Timoteo 1:9

Dentro de nuestro grupo de WhatsApp acostumbramos a compartir todo lo que hacemos y en una imagen que envié me equivoqué en la cita bíblica y alguien dice “a lo mejor alguien tenía que leer ese pasaje”.

No medite tanto en esas palabras hasta que el Señor lo vuelve a mi memoria y pone en mi corazón lo siguiente “Muchas veces creemos que las cosas suceden por casualidad, pero tienen un propósito mayor”.

Desde nuestra percepción creemos que suceden muchas cosas por casualidad, de repente la ruta que acostumbramos a tomar se bloqueó, debes tomar una más larga y dices ¡no puede ser, llegaré tarde! y al tiempo te das cuenta de que, Dios te hizo pasar por allí porque había alguien que necesitaba de una palabra de Dios. Puede que comience a llover, tengas que tomar un taxi y es porque Dios quiere que le hablas al taxista de Él.

Así como estos casos y muchos más creemos que solo son casualidad o un mal día porque se fleteó la llanta, llegamos tarde al colegio, universidad o trabajo, etc. Hoy te exhorto a que cuando nos sucedan estas cosas te preguntes ¿Qué Dios quiere hacer? ¿Qué persona necesita salvación? No olvidemos que para Dios lo más importante es la salvación de aquellos que están perdidos, dar refugio, paz y consuelo a los que le aman y una oportunidad a aquellos que lo necesitan.

En Dios no existen casualidades, en Dios existen propósitos.

Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá. Proverbios 1:9.

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