Las ovejas son animales bastante indefensos. No son inteligentes y se asustan fácilmente. David, el autor del Salmo 23, fue un hombre que pasó mucho tiempo entre ovejas como pastor. Utilizó su experiencia como pastor para conectarse con Dios como  nuestro Pastor.

David había pasado por algunas cosas difíciles cuando escribió el Salmo 23. Cuando David dice: \”Aun cuando yo pase por el valle más oscuro…\” tenemos la sensación de que su vida se desmoronaba a su alrededor (Salmo 23:4). David sólo pudo atravesar esos momentos centrándose en dos cosas:
Quién es Dios y lo que Él ya había hecho.

En primer lugar, David no se centró en las cosas terribles a las que se enfrentaba, sino en Dios. Miró a su Pastor para que lo mantuviera a salvo, para que le proveyera y para que lo mantuviera en la dirección correcta.

Al igual que nosotros, David no siempre podía entender lo que estaba sucediendo en su vida. Pero, en lugar de centrarse en lo desdichada que parecía su vida, David se apoyó en la verdad de quién es Dios para superar los tiempos difíciles.

Recordar cómo nos ha ayudado Jesús en el pasado puede facilitarnos la tarea de confiarle nuestro futuro.

En segundo lugar, David recordó lo que Dios había hecho por él. Aunque la vida era dura a veces, David buscó las formas en que Dios lo había provisto o protegido en el pasado. Recordar cómo nos ha ayudado Jesús en el pasado puede hacer más fácil confiarle nuestro futuro también.

Confiar no es fácil. Requiere práctica. Pero, a medida que aprendemos quién es Jesús y practicamos buscando lo que Él ha hecho, nuestra confianza en Él crecerá, y seremos capaces de seguir a nuestro Pastor en cualquier situación.

¿Que tal si hoy recuerdas de las muchas maneras en las que  Jesús te ha ayudado en el pasado?

Bendiciones

 

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