Te invito a leer Éxodo 17: 8-16
¿Alguna vez has estado tan cansado que querrías dejar todo? Salir de tu oficina o salón de clases. Deje pasar la fecha límite sin entregar nada. Dormir hasta que suene la alarma y dejar de contestar el teléfono.
Todos hemos estado allí, y es por eso que todos necesitamos personas que se nieguen a dejarnos rendirnos cuando más importa. Para Moisés, esos amigos eran Aarón y Hur.
“Mientras Moisés sostenía en alto la vara en su mano, los israelitas vencían; pero, cuando él bajaba la mano, dominaban los amalecitas. 12 Pronto se le cansaron tanto los brazos que ya no podía sostenerlos en alto. Así que Aarón y Hur le pusieron una piedra a Moisés para que se sentara. Luego se pararon a cada lado de Moisés y le sostuvieron las manos en alto. Así sus manos se mantuvieron firmes hasta la puesta del sol.”(Éxodo 17: 11-12).
Moisés nunca vería la Tierra Prometida, pero trabajó para dejar a quienes lo seguirían en una mejor posición que donde comenzó. Y con la ayuda de Aarón y Hur, Israel tuvo éxito en el campo de batalla ese día.
Después de la batalla, Dios le dijo a Moisés que escribiera lo que sucedió para que Josué, el líder que reemplazaría a Moisés, siempre recordara lo sucedido. Un día, cuando nadie recuerde el nombre de Amalec, recordarán la fidelidad de Dios y el poder de los amigos que nos ayudan a seguir adelante cuando estemos listos para rendirnos.
¿Cuál es el mensaje que les estamos dejando a los que vienen detrás de nosotros? .
Lo que elegimos luchar y la forma en que nos ayudamos mutuamente predica un mensaje poderoso a la próxima generación de la iglesia. Harán por Dios mucho más de lo que podemos imaginar. Es nuestra responsabilidad dejarles una base sólida sobre la que construir.
Reflexiona hoy en esto:
- ¿Quién te ha ayudado cuando sentías que no podías continuar? ¿Qué aprendiste de esa experiencia?
- ¿Qué ha aprendido en su tiempo como cristiano que desee que los cristianos más jóvenes y nuevos sepan? Pídale a Dios que le permita compartir esa sabiduría hoy.
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