Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
– Proverbios 4:23

Puede que alguien te haya hecho daño de una manera significativa, alguien te ha herido con palabras o con hechos, pero nuestro corazón no debe almacenar cosas dañinas porque es el lugar donde habita el Señor. Lo sé, qué difícil es perdonar a alguien que te ha ofendido, pero Dios dice sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón.

En muchas ocasiones Marcos Brunet menciona en sus canciones que el altar de Dios es nuestro corazón, si bien es cierto llamamos altar al lugar de la iglesia donde ministran, pero el verdadero altar es el corazón, con esto no quiero decir que cuando el pastor haga llamado a pasar al altar de la iglesia no pases porque el altar está en tu corazón, en realidad lo que quiero llegar a decirte es que tienes un Dios poderoso que quiere habitar en tu corazón.

Quizás en estos momentos tu corazón no sea el mejor altar, sea un altar descuidado, sucio y olvidado, no exactamente debes ser una persona que no conoce a Cristo, muchas veces como cristianos también descuidamos el altar de Dios en nuestro corazón y debemos recordar que tenemos un Dios Todopoderoso capaz de sanar nuestro dolor.

Jesús te hizo libre para perdonar, Jesús te hizo libre para amar aun a aquellos que te han hecho daño y el mejor ejemplo que tenemos es a aquel que un madero siendo despreciado, escupido y maltratado dio su vida por amor y murió hasta por aquellos que le hicieron daño y, aun así, su corazón reboso de amor y perdón.

Si Dios ya te hizo libre no permites que el enemigo siga ensuciando tu altar, deja que Dios el Rey de reyes y Señor de señores sea quien limpie tu corazón.

Hay una canción que dice: “Haz de nuestros corazones tu altar, de nuestras vidas tu casa, tu habitación, una pasión hoy nos une, deseamos tu espíritu”. Me recuerda que no debemos dejar de anhelar la presencia del Señor, el tiempo no cura, ni remedia las cosas, pero el Espíritu Santo de Dios es capaz de hacer que nuestros corazones sean un altar para el Señor y nuestras vidas una habitación donde el Señor una vez que está permanece.

Hoy te invito a que le digas Señor aquí está mi corazón, no es el mejor altar, pero quiero que lo limpies, quites lo que no pertenece, hasta que mi corazón sea un altar agradable para ti, eres mi mejor modelo para seguir, quiero ser más como tú, límpiame porque quiero ser un reflejo de ti.

Author

Categories: Devocional

0 Comments

Leave a Reply

Avatar placeholder

Your email address will not be published. Required fields are marked *