En mi angustia oré al Señor, y el Señor me respondió y me liberó. El Señor está de mi parte, por tanto, no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal? Así es, el Señor está de mi parte; él me ayudará. Miraré triunfante a los que me odian. – Salmos 118:5-7
¿Alguna vez has sentido que nada te sale bien? Tal vez los errores te han alcanzado, o tal vez te has encontrado en circunstancias difíciles sin tener la culpa. La enfermedad, la pérdida del trabajo y la traición llegan de forma inesperada y amenazan con abrumarnos.
David, que escribió el Salmos 25, sabía lo que se siente al estar abrumado. Quería desesperadamente honrar a Dios, incluso en los momentos difíciles. Pero la lucha por hacer lo correcto y la batalla contra los enemigos que querían acabar con su reinado estaban agotando a David. Estaba desesperado y asustado.
David suplica a Dios: \” ¡Confío en ti, mi Dios! No permitas que me avergüencen,\” (Salmos 25:2). En otras palabras, \” ni dejes que mis enemigos se regodeen en mi derrota\”. Todo este salmo es David recordándose a sí mismo que Dios no le fallará, nunca. \”Nadie que confíe en ti será jamás avergonzado\” (Salmos 25:3).
Cuando creas que has tocado fondo, recuerda: La roca que está en el fondo de la roca es Jesús. Por medio de Jesús, tenemos acceso al Padre a través del Espíritu Santo. Y como Jesús derrotó al pecado y a la muerte, sabemos que las dificultades que enfrentamos, aunque sean dolorosas en el momento, no durarán para siempre.
Al igual que David, podemos mirar a Dios para que nos guíe cuando nos sintamos abrumados en cada momento.
Muéstrame la senda correcta, oh Señor; señálame el camino que debo seguir. Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza. – Salmos 25:4-5
Podemos confiar en que Dios seguirá amándonos cuando no lo hagamos todo bien.
No te acuerdes de los pecados de rebeldía durante mi juventud. Acuérdate de mí a la luz de tu amor inagotable, porque tú eres misericordioso, oh Señor.
– Salmos 25:7
Y podemos esperar que Dios nos corrija con amor y nos ayude, como lo haría un buen padre.
El Señor es bueno y hace lo correcto; les muestra el buen camino a los que andan descarriados. Guía a los humildes para que hagan lo correcto; les enseña su camino.– Salmos 25:8-9
El Salmos 25:12-13 dice que los que ven a Dios como es \”¿Quiénes son los que temen al Señor? Él les mostrará el sendero que deben elegir.Vivirán en prosperidad, y sus hijos heredarán la tierra\”. Si estás luchando con circunstancias difíciles, ora para que se cumpla esa promesa a Dios y descansa en ella – como hizo David.
Bendiciones
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