En ésta temporada donde la Pandemia nos deja grandes lecciones, no sé si te pasó qué aquello qué parecía insignificante o cotidiano paso hacer vital y hasta lo extrañamos.

Cosas tan sencillas cómo abrazar, dar un beso en la mejilla, salir al parque a tomar aire puro, reunirnos entra amigos, celebrar cumpleaños, etc se volvieron tan añorables, esto me lleva a pensar en qué Dios es sencillo y se deleita en las pequeñeces para luego llevarnos a valorar la abundancia.

Aunque ya exista una vacuna, no olvidemos las lecciones qué Dios nos mostró, aprendamos a vivir sin arrogancia, prepotencia y altivez, oremos para cada día tener el corazón de Jesucristo quién se deleitaba con los niños, las aves del cielo, apartarse sólo para hablar con él Padre y así podríamos decir muchas cosas.

David oraba de esta manera:

Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; Ni anduve en grandezas, Ni en cosas demasiado sublimes para mí.
Salmos 131:1 RVR1960

Podemos decir con confianza y con una conciencia limpia que, en todos nuestros asuntos, hemos vivido en santidad y con una sinceridad dadas por Dios. Hemos dependido de la gracia de Dios y no de nuestra propia sabiduría humana. Esa es la forma en que nos hemos comportado ante el mundo y en especial con ustedes.
2 Corintios 1:12 NTV

El amor prevaleció, lo único qué importaba era la vida de. Nuestras familia, ese calor humano.

Cada día, veamos sencillez alrededor, qué lo importante no se vuelva común otra vez y seamos agradecidos con los detalles qué nos regala el Señor.

Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
Colosenses 3:15

No olvides lo sencillo, seamos agradecidos en todo momento.

Dios te bendiga.

https://youtu.be/pkErP3YZhBc?t=18

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Categories: Devocional

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