La tierra de los vivientes

Nuestro planeta, fue creado por Dios, él, tuvo grandes ideas, una de sus ideas más maravillosas fue crear al ser humano y darle compañía, adán fue el primer ser viviente y Dios no lo deja solo sino que crea a Eva.
Al pasar los siglos nos hemos convertido en millones y millones de seres vivos, pero que en la actualidad nos atacamos unos a otros dañando lo más valioso de la creación, el ser humano.

Con mi voz clamaré a Jehová;Con mi voz pediré a Jehová misericordia. Delante de él expondré mi queja;
Delante de él manifestaré mi angustia.
Salmos 142:1-2

En este Salmo, David ora al Señor porque había una situación que está afectando a su corazón y necesitaba que Dios tomará el control, antes de hacer algo fuera de Dios.

Cuando tenemos diferencias con familiares, amigos, compañeros, hijos, padres, en matrimonio, noviazgo, en cualquier área, nuestra principal actitud debe ser ir a la presencia de Dios.

Acciones de David en su clamor :
1-Pidio misericordia
2-Oró exponiendo su queja
3-Oró exponiendo su angustia

Cada vez que se presenten conflictos con personas, recuerda que nuestra lucha no es con ellos, es lo que está detrás de esa situación para robarte la bendición y que pierdas la comunión con tu prójimo.

Clamé a ti, oh Jehová;Dije: Tú eres mi esperanza,
Y mi porción en la tierra de los vivientes.
Salmos 142:5

Debemos aprender a refugiarnos en Dios, él conoce las intenciones del corazón tuyo y él corazón de las personas que te ha causado daño, por eso ir a su presencia nos dará la paz que necesitamos, la fortaleza para seguir adelante y ser pacificadores en todo tiempo.

Aunque todos los que te rodean te abandonen, recuerda que Dios es tú esperanza, no te dejará ni te abandonará, si otros se van, él se quedará contigo, si otros te lastiman, él será tu sanador, será tu refugio, tu proveedor.

Ora por esas personas que traen angustia a tu vida, perdonalos para que seas libre en tu espíritu y Dios tome el control absoluto de la situación.

Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
Santiago 1:20

No trates de arreglar las cosas con tus propias fuerzas, pídele sabiduría al Señor y que su justicia se haga en medio de tu situación.

Que Dios te bendiga grandemente, recuerda que él es tu esperanza.