PALABRA

Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y Él te daría agua viva. Juan 4:10

MEDITACIÓN

Examinar la fuente a la que estamos recurriendo para encontrar satisfacción para nuestra alma y espíritu es importante. Es importante, también conquistar nuestro tiempo devocional con Dios y cualquier otra disciplina espiritual que nos ha enviado el Señor a desarrollar. Sin embargo, aunque todas estas cosas son necesarias practicarlas porque nos ejercitan espiritualmente; recordemos que ninguna de ellas puede saciarnos. Todas cobran sentido y cumplen su propósito cuando es el Señor quien nos mueve a hacerlas, con quien nos encontramos allí y nos llena. Podemos tener el auto más lujoso, pero arrancará cuando le echemos combustible. Podemos tener la casa más hermosa o la más amplia, pero se convertirá en un hogar con la presencia de las personas que habitan dentro de ella. Podemos estar rodeados de gran compañía, pero nos sentiremos bienvenidos  cuando nos hagan sentir especiales. Podemos tener a disposición el banquete más delicioso, pero comeremos hasta saciar si nos sentimos profundamente hambrientos. Podemos beber un gran vaso de agua helada, pero nos sentiremos saciados si verdaderamente tenemos sed. Podemos estar buscando aquel par de zapatos que combinan con nuestro vestido, pero lo encontraremos si, realmente, deseamos usarlos. Podemos dejar, sin remordimiento, las huellas de lodo en el piso de nuestra casa luego de ser trapeado por otro e incluso sin ofrecer disculpas, pero cambiaremos de actitud el día que a nosotros mismos nos corresponda hacerlo.

Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que Yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. Juan 4:14-15

Jesús dijo a una mujer Samaritana de su época, que si ella bebía del agua que Él le ofrecía, no volvería a tener sed jamás, haciendo referencia a Él mismo como la fuente. Quizás estamos buscando satisfacer nuestro hombre interior en las fuentes equivocadas hasta con los fundamentos equivocados. ¡Observemos! No es que no estamos buscando, sino que buscamos en las fuentes equivocadas, incluso fuentes que son buenas, pero nos saciarán momentáneamente al menos que el Señor esté allí para lograr beber de Él. . ¡Anhelémosle! No es que no estamos buscando ni mucho menos que el Señor no se quiera hacer presente allí, sino que tenemos los fundamentos incorrectos para que se mueva en nosotros hasta saciarnos. Presentémonos ante Él en sinceridad, fe, pasión, amor, gratitud, humillación, arrepentimiento, hambre y sed. Sigamos buscando, sigamos perseverando, sigamos haciendo lo que nos ha enviado a hacer, pues la Palabra dice que hagamos todo lo que Él nos diga; cuánto más ahora que hemos sido aclarados sobre los ingredientes que Él también anhela encontrar en nosotros. Corramos en busca de su rostro, de su agua, de su pan en su Presencia. Él es la persona mas importante. Si Él está, lo tenemos absolutamente todo. Invitémosle a unirse a nosotros a alabar, adorar, orar, estudiar, ayunar, evangelizar y ¿por qué no? también a todas las demás actividades diarias que día tras día realizamos. ¡Nos sorprenderemos!

Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu… Isaías 57:15

Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Jeremías 29:13

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Mateo 5:6-8 

Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Hebreos 10:22

Ahora, sí creo que estamos listos para responder como lo hizo aquella mujer…

La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. Juan 4:15

ORACIÓN

Señor, te necesitamos. Reconocemos que tenemos hambre y sed de ti. Eres la fuente de agua viva que, verdaderamente, llena. Como aquella mujer también pedimos beber de ti. Más ahora nos aseguramos de apoyarnos en los fundamentos correctos. Te amamos. Te bendecimos. Gracias.

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Categories: Devocional

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