Recuerdo a mis 10 años, realizar un viaje con mi padre y visitar la provincia de Chiriqui como última visita laboral para la empresa en la cual estaba contratado, ya con una carta de previo aviso en la cual le comunicaban que prescindirían de sus servicios, pese a la situación decidimos disfrutar de ese viaje nocturno y me comentó algo que hasta el día de hoy me sirve en los momentos que para nosotros son “Difíciles”.

El me dijo, uno de los horarios más difíciles para conducir es cuando amanece y cuando anochece, ya que el intercambio de luz hacen que los faros del auto no sean de mucha ayuda por el tono de la Luz, y en la noche entre más oscura este, más cercana está la salida del sol.

Esas palabras las he llevado conmigo desde ese momento, y mi padre celestial, me sigue enseñando sobre eso, ya que en los momentos más difíciles de nuestras vidas o más oscuros, más cercano he estado de ver su manifestación.

Si existe algo que le encanta a Dios, es vernos rendidos, reconociendo que lo necesitamos, que sin él no somos nada y precisamente de eso quiero compartirte hoy.

El ser humano desea ver a Dios hacer grandes milagros, pero le tememos a las dificultades, y a las oscuridades de la vida. Actualmente estamos es una situación mundialmente oscura, en la cual pareciera que la luz saldrá, pero aún así la situación se ha puesto más complicada, cada ves personas más cercanas están siendo puestas a prueba, pero gracias a Dios, el las ha guardado.

Por lo tanto hoy solo deseo motivarte, recordando que Nuestro Padre Celestial, prometió estar con nosotros TODOS los días de nuestra vida, prometió acompañarnos en valles de sombra, prometió ser nuestro guía en la oscuridad, y ser nuestro protector, ser nuestra fuerza, y ser nuestro todo.

Solo debemos dejarlo actuar, y aprender a descansar en sus brazos.

Dios te recuerda que el cuidará de ti Siempre.

*Leer Salmo 23

23 El Señor es mi pastor;
    tengo todo lo que necesito.
2 En verdes prados me deja descansar;
    me conduce junto a arroyos tranquilos.
3     Él renueva mis fuerzas.
Me guía por sendas correctas,
    y así da honra a su nombre.
4 Aun cuando yo pase
    por el valle más oscuro,
no temeré,
    porque tú estás a mi lado.
Tu vara y tu cayado
    me protegen y me confortan.
5 Me preparas un banquete
    en presencia de mis enemigos.
Me honras ungiendo mi cabeza con aceite.
    Mi copa se desborda de bendiciones.
6 Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán
    todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor viviré
    por siempre.

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