Desacelera y haz un espacio

Háganse amigos de Dios, y él se hará amigo de ustedes.¡Pecadores, dejen de hacer el mal! Los que quieren amar a Dios, pero también quieren pecar, deben tomar una decisión: o Dios, o el mundo de pecado.
– Santiago 4:8

Ok, ahora respira profundamente ….. y ahora déjalo salir.

Esta es la postura que todos deberíamos tener cuando pasamos tiempo con Dios, relajados. Podemos disfrutar de la presencia de Dios cuando eliminamos nuestro constante apuro y hacemos tiempo para Él a lo largo de nuestro día.

Cuando ves a tu amigo en el pasillo entre el cambio de clase, es difícil tener una buena conversación porque estás muy apurado por llegar a tu próxima clase.

Les cuentas todo lo que acaba de pasar en el almuerzo brevemente, pero no tienes tiempo para entrar en detalles o escuchar lo que piensan porque la campana está a punto de sonar y no quieres llegar tarde.

Es curioso cómo nuestro tiempo con Dios puede verse así; como un minuto al pasar.

Pero cuando creamos un espacio en nuestro día para pasar el rato con Dios, realmente puedes hablar. Cuando le abrimos nuestro corazón, pero no le creamos un espacio para que él nos responda, a veces podemos dejar nuestros momentos de tranquilidad preguntándonos por qué no apareció y habló. El problema no es que no apareció, porque definitivamente lo hizo. Simplemente no pudimos estar lo suficientemente quietos para escuchar, porque teníamos que irnos.

Crear espacio para Dios es aceptar la invitación de Dios a Su presencia. Mientras nos sentamos con Él en una postura relajada, Dios se nos revela y podemos experimentar Su presencia con nosotros.

Pídale a Dios que lo haga más lento la próxima vez que tenga su tiempo de silencio. Levántese 15 minutos antes de lo normal para escuchar a Dios y leer la Biblia. Ponga música de adoración antes de orar o abra la Biblia. Sienta Su presencia en su habitación, automóvil o mesa de Starbucks mientras se relaja.

Simplemente reduzca la velocidad y haga espacio.