Hallamos Gracia

Palabra

Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigasa en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía.

Rut 2:3

Meditación

Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz. Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigasa en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía.

Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec. Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga.

Rut 2:1-4

Rut tenía el permiso de Noemí para espigar. Ella fue y recogió espigas en el campo de Booz, aunque no le conocía.

Desde un punto de vista humano, todo aconteció así como por casualidad. Pero desde el punto de vista divino, fue todo lo contrario. Dios se sirvió de las circunstancias para guiarla.

Creemos que el Señor nos guía así como guió a Rut. Probablemente ella escogió ese campo porque vio a muchos otros que espigaban allí también. Eso demostraba suficiente generosidad por parte del propietario.

Mientras las personas espigaban, Booz entró en su campo. Habló a su criado, quien estaba encargado de los segadores. Había pobres, extranjeros dentro. Debió notar que había muchos. Pero ante sus ojos sobresalió Rut. Por lo tanto, quiso saber de quién era ella.

Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven? Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab; y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas.

Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento. Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas.

Rut 2:5-8

El criado encargado de los segadores le explicó cómo había llegado Rut a su campo. Booz comenzó a mostrar interés por cuidarla. Es conocido que por ella ser moabita estaba expuesta a ofensas e insultos. Ahora bien, este varón lo arregló todo a fin de que nadie la insultara ni abusara de su persona.

Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.

Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?

Rut 2: 9-10

¿Por qué he hallado gracia en tus ojos? Esta fue una pregunta sincera por parte de Rut. Probablemente, Noemí la había enseñado a que esperara lo mejor pero a la vez la había tanto instruido como preparado para lo peor. Esto se debía a que la muchacha procedía de una tierra cuyos habitantes habían tenido diferencias con los israelitas. Esto también significaba que ella  permanecería viuda todos los días restantes de su vida. Sería rechazada. Sin embargo, Rut aceptó, creyó lo que Noemí le había contado. Es por eso que se quedó tan sorprendida cuando espigó por primera vez en un campo, cuyo dueño inmediatamente comenzó a cuidarla. Y ella quedó tan admirada de su interés que le preguntó: ¿Por qué te has fijado en mí y eres tan amable conmigo? Esto nos recuerda las barreras que el Señor venció por alcanzarnos a todos nosotros. No hay nada en nosotros que merezca la gracia de Dios. Cuando estábamos lejos por su gracia nos llamó a estar cerca. Vio nuestra necesidad. Vio que éramos indignos, pero  hallamos gracia en sus ojos.

Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte. Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas.

Rut 2:11-13

Booz nunca antes había visto a Rut, pero había oído hablar de ella. Seguramente le contaron como ella había dejado su tierra para identificarse con el Dios de Israel, con su pueblo. Él se dio cuenta de que no podía recompensarla lo suficiente por su obra, y por tanto, oró que ella fuera abundantemente recompensada por el Señor mismo.  

Rut aceptó la bondad que le había sido extendida. Reconoció el hecho de que Booz había traído paz a su corazón. Recalcó el hecho de que era extranjera y que no era ni siquiera como una de sus criadas. Pero ella no era como las otras criadas. Esa fue la razón por la que Booz se fijó en ella. Su belleza junto con su hermoso carácter, hicieron surgir el amor en el corazón de Booz. Esto sucedió según la dirección, guía de Dios. Mostrándonos un cuadro perfecto dl amor de Cristo por su iglesia. Nosotros no le buscamos a Él. Él nos busca, nos alcanza a nosotros primero. Con compasión nos observa de lejos para traernos muy cerca de su corazón. Somos hermosos a sus ojos. Nos observa con amor para rescatarnos.

Oración

Señor, queremos expresarte nuestra gratitud. Nos viste, nos observaste. Nuestra necesidad de ti la tomaste a cargo. Guiaste nuestros pasos por tu gracia. Nos colocaste en el blanco perfecto para salvarnos. Nos sentimos bendecidos de tener un Salvador, un Señor como tú. Bendecimos cada cosa que nos atrajo más a ti. Separados de ti no solo nada podemos hacer sino que nada somos. Amén.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.

 Juan 3:16

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

Efesios 2:8-9