Me sorprende cómo nuestro creador, Dios, nos formó tan bien qué cada parte de nuestro cuerpo tiene su función específica pero no sólo eso sino qué también tiene sistemas de alerta para indicarnos peligro o qué algo se está pasando de su límite.

Ayer inicie un curso de neuroeducacion y gramifucacion educativa y habían muchos conceptos totalmente nuevos para mi pero entre toda la información aprendí qué cuando estamos estresados se produce en el cerebro la creación de componentes qué ayudan a incrementar el estado de Alerta. Sin embargo cuando es constante (extremo) estos químicos afectan nuestro estado físico ocasionando pérdidas de células cerebrales lo qué afecta la habilidad de retener información y enfermedades a largo plazo.

Muchas pedimos al Señor qué nos ayude o qué nos sane pero no buscamos la raíz del problema y somos nosotros mismos quienes estamos impidiendo qué Dios haga una obra por alterar el regalo qué él nos dio, la vida.

Tenemos qué aprender a bajar el nivel de aceleración de vida qué llevamos, el exceso de trabajo, la rapidez de tomar decisiones y muchas veces sin consultar con Dios y luego nos traen consecuencias qué son estresante, relájate.

Necesitamos aprender qué en la vida las pausas son necesarias, renovarnos en vital, aprender a descansar es bueno, confiar en qué mi Padre cuida de mi y de mi familia.

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
– 3 Juan 1:2

Lee nuevamente 3 Juan 1:2 y notarás el orden de la prosperidad empieza en el alma y se refleja en el cuerpo; pero si lo ponemos al lado negativo, si mi alma no está bien entonces mi cuerpo tampoco lo estará.

Él estrés es autocontrol, queremos qué todo salga a nuestra manera, deja de controlar todo, sé flexible, quedate en silencio y aprecia la brisa de la tarde, quizás necesitas mirar las aves del cielo qué no trabajan y Dios las alimenta.

No estas recibiendo la información qué Dios quiere porque el estrés está matando neuronas cerebrales, el enemigo está muy interesante en desviarnos de su voz, en mantenernos supuestamente ocupados, pero sin confiar en nuestro padre.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
– Romanos 12:2

Oración: Señor, gracias por qué me amas, reconozco qué me he estresados, perdóname, renueva mis pensamientos por los tuyos y te cedo el control de mi vida, tú tienes cuidado de cada detalles, creo en ti Jesús,Te amo.

Amén.

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