Obedecer, en griego tiene relación con el oír y el escuchar con entendimiento. Se dice que la palabra obedecer viene de latín y significa “saber escuchar”, no sólo oír, sino captarlo, analizarlo y pensarlo bien; entonces podremos discernir lo que debemos hacer y seguir la instrucción. ¡Wao! Que significado tan maravilloso.

1 Samuel relata, a partir del capítulo 9, cuando Saúl fue elegido rey de Israel, y fue el primer Rey.

En esos primeros capítulos, la biblia describe a Saúl, de una manera muy hermosa, no sólo físicamente (aunque, relata que era de hermoso semblante y muy alto), Dios me permitió ver un poco más allá de la belleza física de Saúl, su belleza interior.

1 Samuel 9:3 “Y se habían perdido las asnas de Cis, padre de Saúl; por lo que dijo Cis a Saúl su hijo: Toma ahora contigo alguno de los criados, y levántate, y ve a buscar las asnas.”

Saúl de manera sumisa y obediente fue y siguió la instrucción de su padre. Luego de pasar 3 días en búsqueda de las asnas, sin éxito (ya que no las hallaban) decide regresar a su casa, porque le preocupaba que su papá estuviera nervioso por no saber de él.

Cuando vinieron a la tierra de Zuf, Saúl dijo a su criado que tenía consigo: Ven, volvámonos; porque quizá mi padre, abandonada la preocupación por las asnas, estará acongojado por nosotros.

Aquí podemos leer, el aprecio que le tiene Saúl a su papá, se preocupaba de que su papá estuviera acongojado por causa de él, y él sabe que para su padre, era más importante Saúl que las asnas.

Más adelante la biblia sigue relatando el primer encuentro entre Samuel y Saúl, cuando Samuel le declara que Dios lo escogió como Rey de Israel, recordemos el primer rey, las palabras de Saúl demuestran tanta sencillez y humildad:

19 Y Samuel respondió a Saúl, diciendo: Yo soy el vidente; sube delante de mí al lugar alto, y come hoy conmigo, y por la mañana te despacharé, y te descubriré todo lo que está en tu corazón. 20 Y de las asnas que se te perdieron hace ya tres días, pierde cuidado de ellas, porque se han hallado. Más ¿para quién es todo lo que hay de codiciable en Israel, sino para ti y para toda la casa de tu padre? 21 Saúl respondió y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?

Este cuadro me pone el corazón como una pasita, porque imagino a un Saúl noble, humilde, sencillo.

Y seguimos leyendo y volvemos a ver a Saúl con una actitud de sumisión y humildad: 1 Samuel 10: 15 Dijo el tío de Saúl: Yo te ruego me declares qué os dijo Samuel. 16 Y Saúl respondió a su tío: Nos declaró expresamente que las asnas habían sido halladas. Más del asunto del reino, de que Samuel le había hablado, no le descubrió nada.

Al leer esos versículos, me pregunto qué pasó con Saúl, porqué terminó tan mal? Que lo hizo cambiar?, donde quedó el Saúl humilde, el sencillo…

La respuesta: cuando no tuvo paciencia, y esto lo hizo desobedecer

En el capítulo 13 de 1 de Samuel, apenas al segundo año del reinado de Saúl, Israel iba a pelear contra los filisteos, y al saber que los filisteos sobrepasaban el número de guerreros, eso los atemorizó, de modo tal que se escondieron en cuevas, en rocas, etc, y temblaban de miedo 13:7.

Samuel había indicado a Saúl que en 7 días llegaría, se llegó el día, y Samuel no aparecía, por lo que Saúl pensó que era buena idea que el ofreciera el sacrificio antes de ir a enfrentar a los filisteos;

 13:Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. 10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. 11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 12 me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. 13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tú Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 14 Más ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.

Si tan sólo Saúl hubiera esperado, si tan sólo hubiera tenido un poquito más de paciencia, quizás hoy, hablaríamos las hazañas de Saúl como hablamos de David. Y esta no fue la única vez que hio lo que él “creía era correcto”.

En el capítulo 15, vemos otro acto de desobediencia e impaciencia, Dios lo envía a que aniquile todo el pueblo amalecita y que desechara TODO lo que fuera de ellos, incluyendo animales gordos y tesoros, pero Saúl dejó vivo, los animales más hermosos y al rey.

Saúl defendía su causa indicando que dejo los animales para ofrecer sacrificios, pero Dios es dueño de todo, el mismo da semilla al que siembra y pan al que come, Dios NO necesitaba que Saúl tomara animales que habían sido criados para ser ofrecidos a estatuas, y dioses paganos, por eso Samuel le dijo: 15:22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.

Para Dios siempre será más importante que le obedezcamos, aunque muchas veces cueste, pero Él jamás nos pondrá una carga que no podamos llevar, somos nosotros los que hacemos la carga pesada, porque empezamos a añadir piezas que Dios no ha dicho “lleva”

Si estás pasando por una situación, que sabes requiere paciencia y obediencia, ESPERA, SÉ OBEDIENTE, Dios jamás se equivoca.

Mira, al igual que Saúl el pueblo de Israel fue impaciente al pedir un rey, ellos querían que Dios les respondiera a sus antojos y por no querer esperar en la justicia de Dios, pidieron un rey. Al tener el pueblo de Israel a Jehová como su único rey, no hubieran evitad muchísimas situaciones que enfrentaron después, porque Dios no es como el hombre, el no cambia, el no varía.

Hoy, gracias al sacrificio y resurrección de Jesucristo, tenemos al Espíritu Santo, el cual entra en el corazón de todo aquel que desea, ese mismo Espíritu, es nuestro guía, pídele que te ayude a ser obediente y a tener paciencia, verás que tu respuesta llegará y tú situación cambiará. Siempre es mejor obedecer.

Dios te bendiga.

LA

Author

Categories: Devocional

0 Comments

Leave a Reply

Avatar placeholder

Your email address will not be published. Required fields are marked *