Es hora de volver

En cierta ocasión un joven se alejó de la casa de su padre y decidió vivir una vida llena de placeres y desordenes porque él consideraba que era su vida y tenía que disfrutarla a su manera.
Al pasar el tiempo, el joven agotó sus recursos, empezó a sentir pena y vergüenza por sus acciones, entonces se dijo así mismo: – Quizás si le envió una carta a mi papá, él me pueda recibir.

Así lo hizo, escribió la carta y esta decia:
-Papá, reconozco que no hice las cosas bien, quiero volver a casa.
-Me iré en un tren y si colocas una cinta roja sobre el árbol que está a la orilla de la calle, yo entenderé que me perdonaste, pero sino la colocas, yo entenderé que no me quieres en tú casa y que no me perdonas.

Al día siguiente cuando el joven iba en el tren, empezó a sentirse nervioso porque ya estaba llegando a donde estaba el árbol y para su sorpresa algo maravilloso ocurrió.

El árbol estaba relleno de cintas rojas por todos lados, el padre no sólo le colocó 1 sino que colocó muchas cintas para demostrarle lo mucho que anhelaba su regreso a casa.

Oh Dios, haznos volver a ti; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos.

Haznos volver a ti, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales; haz que tu rostro brille sobre nosotros. Solo entonces seremos salvos. – Salmos 80:‬3,19 NTV

Es tiempo de volvernos a nuestro padre, es tiempo de reconocer que no estamos haciendo las cosas bien y que necesitamos a Dios en nuestras vidas.
El único que puede salvarnos de la muerte eterna y sacarnos del pecado que nos mantiene esclavos es Dios.

No vivas más en el pasado, Dios tiene un presente maravilloso para ti, disfruta de su misericordia cada mañana.

Cuando volvemos nuestro corazón a Dios, él nos llena de su paz y de su amor inagotable.

No dejes que el enemigo te engañe y te separe del Dios que Te ama y que entregó a su hijo Jesucristo por ti.

Vuelve a orar, vuelve a congregarte, vuelve a leer la biblia, vuelve a levantar tus manos y alabar al Dios que nos ama, nos perdona y nos restaura.

Comparte este mensaje con alguien, porque no sabes cuantas hijos necesitan volver a la casa del Padre.

Dios te bendiga.