¿Cuándo fue la última vez que usted se emocionó por algo? ¿Le dijiste a alguien sobre eso? Cuando escuchamos grandes historias o cosas que conmueven nuestro corazón con entusiasmo, tenemos que compartirlas.

En Lucas 2: 8-20, vemos que esto es cierto para los pastores de Belén. Se les consideraba los más bajos de su sociedad y pasaban sus días con animales. ¡Lo sorprendente del nacimiento de Jesús es que Dios eligió compartir el nacimiento de Su Hijo con estos humildes pastores primero! Lo que es aún más sorprendente fue la respuesta de los pastores. Tuvieron que compartir las buenas noticias que escucharon. ¡Tenían que hablar sobre esta asombrosa esperanza que ahora estaba disponible para el mundo!

La esperanza es contagiosa. Cuando se nos prometen grandes cosas, nos llena la expectativa de que suceda algo increíble. La verdadera esperanza no se puede detener y no se puede contener.

Jesús vino a la tierra para conquistar la muerte y permitirnos tener una relación con Dios nuevamente. Jesús nos da esperanza. Esta es una buena noticia que no podemos guardar para nosotros.

En nuestras escuelas, en nuestros lugares de trabajo y en nuestros círculos de amigos, la gente está sufriendo y desesperada por tener esperanza. Al igual que los pastores, podemos compartir nuestra esperanza al compartir lo que Jesús ha hecho por nosotros.

Jesús, gracias por compartir Tus buenas nuevas con el mundo y conmigo. Tu amor realmente es algo que vale la pena compartir. Ayúdame a deleitarme con Tu historia y a compartirla con aquellos que necesitan esperanza hoy.

Bendiciones

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