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Palabra

Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. Mateo 13:44

Meditación

Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí de viaje y no tengo qué ofrecerle; y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada y mis niños están conmigo en cama. No puedo levantarme y dártelos? Os digo que, si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite. Por eso os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Lucas 11:5-10

Estos versículos nos extienden una invitación a buscar a nuestro Señor. Más allá de una simple oración conformada por una petición, nos exhorta a tener una actitud lo suficientemente sedienta o agresiva para perseverar por ver nuestra respuesta: Él.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Mateo 5:6

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Mateo 11:12

Muchas veces el conformismo ha sido nuestro compañero en nuestra relación con Él. Pero lejos de este están los sueños que con Él tenemos.

Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Gálatas 5:17

¡Él nos espera!

Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Lucas 5:4

Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron. Lucas 8:22

¡Esta debe ser nuestra postura!

Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé. Y dije: Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé. Cantar de los Cantares 3:1-2

Cantar de los Cantares es una representación del amor entre Jesucristo y su iglesia. El cual debe ser un amor mutuo. Aquí vemos la descripción de la  condición desesperante en la que la novia se encontró: estar sin el novio. Él estuvo buscándola primero, pero la respuesta que recibió fue negativa.

¡Así como lo leemos! La reacción de la novia en un principio fue pasiva, pero una vez, que verdaderamente, entendió que su Amado no estaba allí fue tras Él. Dejándonos de esta manera una gran enseñanza. Encontrarnos sin Cristo es la  condición más terrible en la que nos podemos  llegar a encontrar como iglesia de Dios.

Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma? Apenas hube pasado de ellos un poco, hallé luego al que ama mi alma; lo así, y no lo dejé hasta que lo metí en casa de mi madre, y en la cámara de la que me dio a luz. Cantar de los Cantares 3:3-4

Un poco más allá de su desesperante perseverancia encontró a Aquel de quien ella afirmaba que amaba su alma.

He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20

Se espera de nosotros un corazón que persevere por encontrar, por conocer a Jesús… por asirse de Él. Lo mejor de todo es que Él ya emprendió el viaje por encontrarse con nosotros. ¡La espera nos enseña a valorar! ¡Él es un tesoro!

Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. Mateo 13:44

Oración

Señor, reconocemos que nuestra búsqueda no se compara con la tuya. Nosotros desmayamos, más Tú no solo nos buscas sino que tocas a nuestra puerta. Queremos que Tú búsqueda por nosotros, esta vez, se encuentre con nuestra perseverancia en la búsqueda por Ti. Concédenos, también el entender el tesoro que eres. Conquistarte en nuestros corazones será nuestro verdadero éxito, nuestro mayor logro de vida. Te necesitamos. Gracias. Amén.

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Categories: Devocional

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