Proverbios 18:12
Antes del quebrantamiento, se eleva el corazón del hombre, y antes de la honra es el abatimiento.
Quebrantamiento >> quebranto; es el proceso y las consecuencias de quebrantar>> se refiere a quebrar de manera violenta, destruir, profanar o despedazar, y esto también puede significar perdida de fe o un bajón anímico.
Veamos este versículo habla de lo que sucede antes de un quebrantamiento, siendo notorio que habrán circunstancias que como personas donde nos daremos cuenta de lo que está sucediendo en nosotros y ¿por qué?, pues porque un corazón elevado es que hubo algo que hizo presentar en cierta parte orgullo.
Cuando nos examinamos a nosotros mismos, guiados por el Espíritu Santo, nos damos cuenta que hay muchas cosas dentro que nos limitan a experimentar el amor de Dios, como él quiere que lo experimentar el amor de Dios como él quiere que lo experimentemos, sin embargo en ese autoexamen donde sabemos que hay razones para ser quebrantados, pues hay cositas que están fuera del orden de Dios y él quiere arreglarlo, haciéndonos más dependientes de él, de su presencia, de su fuerza, porque quiere que podamos ser un reflejo de él, menos nosotros y más humildad, como Jesús dijo “aprended de mí que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11: 29)
No obstante, es en medio del desánimo, donde se puede experimentar un corazón contrito y humillado, del cual dice la palabra de Dios que él no lo rechaza o lo desprecia(Salmos 51:17).
Ahora bien, todo padecimiento, quebrantamiento, dolor, que hace que nos sintamos por dentro abatidos, es para enseñarnos a obedecer a la voluntad de Dios, Y aunque era hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia. (Hebreos 5;8).
Y la obediencia, viene porque dejamos que Dios nos quebrante y luego nos limpie, santifique a través de la palabra de Dios, pues esta es la que nos dice donde fallamos, como Jesús dijo en una oración al Padre: “santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad” ( Juan 17:17).
Como seres humanos no somos perfectos, pero en el proceso, Dios nos perfecciona, cometemos errores, pero el Espíritu Santo nos enseña a practicar lo que aprendemos para que seamos verdaderos hijos de luz (Efesios 5:1)
Por eso cuando se es quebrantado, aceptemos ese trato de Dios para con nosotros, y en medio de ello digamos al Señor: “gracias, porque conoces lo que hay dentro de mí y te encargarás de sacar todo lo que no te agrada para que pueda servirte y darte todo sin límites, así me harás más imitador (a) de ti”
Dios te bendiga
Cristo te ama.
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