Hay dos cosas que me encantan de Diciembre, la primera es que el corazón de las personas está más abierto a la reflexión y podemos sacar mucho provecho de esto si lo sabemos aprovechar, lo segundo, es que hay regalos de por medio, y si! Me encanta los regalos y mas que darlos me gusta recibirlos, tal vez no sea lo común, pero me encanta saber que alguien se tomó el tiempo de pensar que podría gustarme o que algo le gustó a esa persona y decidió comprarmelo, si tu eres de los míos me entenderas.

Esto no cambia el fundamento de esta ley. Si quieres recibir, tienes que saber dar con alegría, así podrás recibir con alegría también.

Pensando en esto, me encontré esta versión de un versículo que muchos conocemos, el cual hoy yo lo voy a titular como el mejor regalo y dice así.

»Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.
Juan 14:27 NTV

Este verso es corto, pero muy profundo, diría que demasiado, ya que nos habla de un regalo que es unico, y que puede tener parecidos o imitaciones pero jamás serán como el que viene directo del cielo.

La paz de Dios definitivamente es más que una actitud positiva, o simples buenas vibras como muchos les llaman, la paz de Dios podrás entenderla cuando veamos que nuestra mente y nuestro corazón son transformados de tal manera que a pesar de lo que suceda en nuestro alrededor, el fundamento de nuestra actitud está gobernado por lo que Dios dice en su palabra y es este, el que da la tranquilidad y la confianza de seguir adelante.

Recuerdo un día tener que tomar una decisión muy fuerte en mi vida, recuerdo que ese día intenté salir de mi casa, pero era tanta mi angustia que regrese a mi habitación y le pedí a Dios que me hablara, no podía salir sin un fundamento que me diera su paz, y por supuesto que no me senté en mi cama a esperar escuchar una voz que viniera del cielo, sino que tomé mi biblia y le dije a Dios que ahi estaba la respuesta que yo necesitaba, le pedí que me la mostrará, esa fue mi petición.

Y El me habló, me llevó a Daniel 10:11-12, cuando leí este versículo, en ese preciso momento mi cuerpo cambió, me puse de pie, le dije Gracias, era todo lo que necesitaba para salir y saber que tendria su compañía en mi proceso y tuve paz.

Ese mismo regalo \”Paz\” hoy esta disponible para ti, por lo tanto, recuerda disfrutar de la paz de Dios y sobre todo incluirla en los regalos que des, proponte generar un ambiente de paz, no sólo en tu vida, si no también en la vida de las personas que te rodean, compartiendo el amor de Jesús, y recordándoles que este regalo también está disponible para ellos.

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