Corre hacia Dios con tus cargas

Del mismo modo que un humilde animal de carga puede llevar sacos pesados de grano para su dueño, o una bestia de carga puede sufrir el arrastre de un arado en un campo, Dios, en su infinita compasión, lleva nuestra carga para levantarnos, y alivia nuestra angustia para que podamos caminar rectamente delante de él.

Por otro lado, \”quien diariamente lleva nuestra carga\” en el hebreo original también puede ser usado como \”quien diariamente nos carga\”. Usando la misma analogía de un animal de carga, todos los días Dios nos da cargas para soportar y entrena la dirección de nuestros arados.

Estamos llamados a amar y servir a los demás, y eso significa realizar AVODAH (trabajo) al brindar atención, prestar atención y participar en la \”reparación del mundo\” como colaboradores con el Dios de nuestra salvación.

Al igual que la declaración paradójica, \”trabaja tu propia salvación con temor y temblor, porque es Dios quien trabaja en ti para querer y trabajar para su buen placer\” (Filipenses 2: 12-13)

Así que este versículo nos retrata junto con el Señor en el proceso de nuestra salvación. Dios se convierte en nuestra \”bestia de carga\” para liberarnos y convertirnos en portadores de carga para los demás.

\”Vengan a mí, todos ustedes que trabajan y están cargados, y les daré descanso\”, dijo Jesús. \”Toma mi yugo sobre ti y aprende de mí, porque soy gentil y humilde de corazón, y encontrarás descanso para tus almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga es ligera\” (Mateo 11: 28-30).

El yugo no es la carga, sino que es un medio para soportar la carga. La carga de una vida alejada de Dios en este mundo caído es realmente pesada y difícil de soportar, pero la GRACIA de Dios se da cuando estamos unidos a Jesús y compartimos su carga de amar y cuidar a los demás.

Todos los días, Jesús lleva la carga de nuestro pecado para que podamos soportar la carga de su amor por los demás.

Les comparto la Nueva Version Viviente del Salmo 68:19
¡Alaben al Señor, alaben a Dios nuestro salvador!
    Pues cada día nos lleva en sus brazos. 

Bendito sea Su glorioso Nombre para siempre.