Corazón Frío
En los días de Frio, recuerdo en un viaje que hice a Suiza que salimos a pasear por Berna y llegó un momento en que el frío se intensificó y ya mis dedos empezaban a congelarse y mi piel temblaba.
Era muy fuerte el clima y decidimos entrar a una de las tiendas de ropa para calentarnos. En ese momento que logramos entrar, sentí una satisfacción muy grande de experimentar el calor y que mi cuerpo se estabilizara completamente, ya me sentía segura porque podía mover mis dedos y hablar con tranquilidad.
Muchas veces entramos en zonas donde el frío de la vida se apodera de nosotros y no hablo de dejar de asistir a la iglesia, les hablo de una condición del corazón, en donde las circunstancias difíciles y desalentadoras empiezan a enfriarlo hasta llegar al punto de decir \”No siento mis dedos\” y lo traduciré en \”Siento que no avanzo, que estoy estancado\” y es que este mundo nos hace cada día más frio al amor, a la justicia y nos mantiene en los témpanos de hielos, sin sentir el calor y el refugio de Dios en tiempos de tormentas frías.
Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti.
Salmos 16:1-2
En esos momentos donde tu corazón se está poniendo frío, refúgiate en Dios, métete debajo de su presencia para que su calefacción te abrigue. Confía ciegamente en que tú y tu familia están seguros en sus manos. Aunque ya no puedas hablar del frio que hay en tu interior, hay un Dios que sabe leer los corazones.
Declara en tus pensamientos que él es tu único Señor, aún en medio de esa dificultad y búscalo.
No hay mejor lugar que dentro de él, estoy segura que allá fuera en esa tormenta, lejos de su refugio serás destruido, pero si vienes a él confiado de que él está esperando por ti con los brazos abiertos, estarás seguro.
Dios nos promete que todo estará bien, si estamos en él.
¿Esta con frio hoy tu corazón?
Busca el calor de tu padre Celestial.
Que tengas un hermoso día, bendiciones.
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