\”IN GOD WE TRUST\” (En Dios confiamos) es una frase que se encuentra en el juramento de lealtad, himno nacional y en el dinero de los Estados Unidos.  Y si te pones a pensarlo es fácil de decir, fácil de cantar y fácil de leer. Pero no siempre es fácil de vivir.

¿Qué sucede cuando recibes un diagnóstico desalentador o el jefe te dice que van a eliminar tu puesto? ¿Seguirás confiando en Dios si llegas a casa y descubres que tu cónyuge se ha mudado?

El rey David experimentó su cuota de ansiedad, tristeza y dolor. El hecho de que amara al Señor no significa que su vida fuera fácil.

David escribió el Salmo 56 mientras temía por su vida, y en el Salmo 56:3, comparte la clave para superar el peligro y las dificultades: \”Pero cuando tenga miedo, en ti [Dios] pondré mi confianza.\”


El miedo se convierte en fe cuando ponemos nuestra confianza en Dios.


Recurrir a los amigos, a la familia y a los expertos no es malo, pero recurrir a Dios es lo mejor. Nuestra perspectiva cambia cuando dejamos de centrarnos en lo grande que es nuestro problema y empezamos a mirar lo grande que es nuestro Dios.

Al igual que David, descubriremos que nuestra fe crece al recordar que Dios está a nuestro favor, alabar su bondad y recordar sus promesas.

Alabo a Dios por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales?
– Salmos 56:4

Ante un diagnóstico aterrador, una pérdida de trabajo o un matrimonio roto, no estamos solos. Dios no nos deja ni nos abandona.

El Señor le dijo a Moisés: «Estás por morir y vas a reunirte con tus antepasados. Cuando ya no estés aquí, los israelitas comenzarán a rendir culto a dioses ajenos, los dioses de la tierra a la cual se dirigen. Me abandonarán y romperán el pacto que hice con ellos.
– Deuteronomio 31:16

Si ponemos nuestra confianza en Dios, tanto en los buenos como en los malos momentos, comenzaremos a ver cuán profundamente se preocupa por nosotros y cómo realmente puede hacer que todas las cosas sean para nuestro bien y su gloria.

Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.
– Romanos 8:28

Bendiciones.

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