Guárdame, Dios, porque en ti he confiado.
Salmos 16:1
La confianza hace o rompe las relaciones. No se puede ver ni tocar, pero es evidente si existe o no entre dos personas.
La confianza determinará el éxito o el fracaso de todas nuestras relaciones: con nuestros amigos, cónyuges, hijos e incluso con Dios. Todos nuestros comportamientos y actitudes se regirán por si confiamos o no en el carácter de Dios.
En los Salmos, aprendemos sobre Dios por la respuesta de alguien a Él. Alguien debe confiar en Dios para poder escribir el Salmo 16, para pedirle a Dios que lo mantenga a salvo, para elegir a Dios sobre todo lo demás en el mundo, para afirmar que el Señor será fiel a sus promesas.
«Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti.»
– Salmos 16:2
Esta afirmación satura el Salmo 16 Dios es mejor que cualquier otra cosa. El escritor admite que hay otra manera de vivir. Se pueden buscar otros dioses, incluso buscar cosas buenas, pero si buscamos cosas y no a Dios mismo, nuestro dolor se multiplicará.
No necesitamos más. Necesitamos al Señor. Más cosas no nos van a satisfacer, ni más dinero, ni prestigio, ni amigos. Sólo Dios nos satisfacerá por el resto de nuestras vidas. Todo lo demás es temporal. Todo lo demás nos dejará con ganas. Sólo Él satisface nuestras almas. Nuestra satisfacción se basa en quién es Dios y no en lo que Él puede darnos.
Debemos, como el salmista, darnos cuenta de que \”no tengo ningún bien aparte de ti [Dios]\”. No nos hemos ganado nuestros dones o habilidades, ni siquiera nuestras bendiciones. No tenemos ningún bien aparte del dador de todo don bueno y perfecto. El verdadero regalo es el Dador mismo, nuestra relación con Dios.
Confía en Dios y en su bondad por encima de todo. Confía en él para que te satisfaga ahora y en la eternidad.
A veces tu corazón necesita que se le recuerde la verdad declarándola con tu propia voz. Lee el Salmo 16 en voz alta.
¿Hubo frases que dijiste que no creías? Ora sobre esos versículos específicamente.
Pide a Dios que haga que las palabras que pasan por tus labios sean verdaderas en tu corazón.
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