Pero cuando tenga miedo, en ti pondré mi confianza.
Alabo a Dios por lo que ha prometido.
En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo?
¿Qué pueden hacerme unos simples mortales?

Salmos 56:3-4

La confianza, por definición, es creer que alguien o algo es confiable, bueno, honesto o efectivo.

¿Alguna vez has confiado en algo que terminó siendo ninguna de esas cosas? ¿Alguna vez te han tratado mal, te han mentido o te han decepcionado algo o alguien a quien te has entregado por completo?

Ser engañado duele, pero hay buenas noticias.

Nuestro Padre celestial no solo es completamente confiable por definición, también es el modelo para la definición. Dios nunca le ha fallado a nadie, y nunca lo hará. Él ve todo, incluyéndote a ti.

Confía en Dios porque Él te ama más de lo que jamás soñaste ser amado, y lo demostró al enviar a Su Hijo para recibir el castigo que merecíamos. Dios es digno de tu confianza.

»Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.
Jeremías 17: 7-8

Jeremías 17: 7-8 dice que los que confían en el Señor son bendecidos. Son como un árbol que “no deja de dar frutos”, a pesar del intenso calor o la sequía.

Cuando confiamos en Dios, obtenemos mucho más que una satisfacción temporal o un alivio relacional. ¡Obtenemos la salvación en Jesús! Recibimos amor inagotable, paz perfecta y gracia infinita en todo momento. ¡Tenemos a Jesús, que ha ido a la tumba y ha vuelto por ti! Confia en el.

Bendiciones.

Author

Categories: Devocional

0 Comments

Leave a Reply

Avatar placeholder

Your email address will not be published. Required fields are marked *