Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí.
Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte.
– 2 Corintios 12:9-10

Cada salón de clases tiene por lo menos un estudiante que se divierte hablando de los demás. Que inventa rumores aun nosotros siendo siendo amable con ellos, y van a decírselo a todos en vez de hablar contigo.

Si alguna vez has tenido la satisfacción de ver a un profesor castigarlo en lugar de a ti, entonces conoces el particular sentido de la justicia que surge al ver que el plan de destrucción hacia ti de alguien se vuelve contra él.

También lo vemos en la Biblia. En 1 Samuel, David corta la cabeza de Goliat con la espada de éste. En Ester, Amán y todos sus deseos genocidas mueren en la misma horca que construyó para el tío de Ester, Mardoqueo.

Una de nuestras alegrías peculiares como creyentes es la oportunidad de volver los complots y las armas del enemigo en contra de el. En el pecado y la aflicción, tomamos los \”dardos de fuego\” que el enemigo nos lanza -como el miedo, la ira, la duda, la vergüenza- y los volvemos contra Satanás corriendo a la cruz y declarando la suficiencia total de Cristo.

En el miedo, podemos declarar y gloriarnos en la autoridad absoluta de Jesús. En la duda, podemos celebrar la magnitud de su amor. En la vergüenza, podemos pedir su perdón. El apóstol Pablo conoce el secreto de esta peculiar satisfacción. La \”espina que tenía clavada\” se convirtió en una forma de canalizar la gracia fortalecedora de Dios.

Oh muerte, ¿dónde está tu victoria?
Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón?».
Pues el pecado es el aguijón que termina en muerte, y la ley le da al pecado su poder. ¡Pero gracias a Dios! Él nos da la victoria sobre el pecado y la muerte por medio de nuestro Señor Jesucristo.
– 1 Corintios 15:55-57

El enemigo no es inteligente. Busca objetivos fáciles. Es menos probable que moleste a alguien que ha aprendido a convertir todo en alabanza a Cristo.

Te pregunto : ¿Qué es una cosa por la que puedes alabar a Jesús hoy?
Mi consejo : Cuando no puedas pensar en nada \”bueno\” de tus circunstancias, busca lo bueno en tu pasado,

¿Qué necesitas de Jesús para superar la batalla que enfrentas hoy?
Tómate unos minutos para pedirle lo que necesitas y te recomiendo escuchar la siguiente canción.

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