Lucas 14, inicia relatando un milagro de Jesús, en una cena a la cual había sido invitado, no era una cena cualquiera, sino una cena en la cual las personas más “importantes de la ciudad estaban invitadas”, aunque realmente el MÁS IMPORTANTE DE TODOS ERA JESÚS, y sólo lo invitaron para buscar la manera de humillarlo y hacerlo quedar mal. La biblia describe que lo acechaban 14:1.
Conociendo Jesús sus intenciones, igual fue, no sólo por ellos sino por un hombre en particular, la biblia describe el “hombre hidrópico” y con el amor que lo caracteriza lo sanó, esta enfermedad tiene síntomas visibles, ya que es una acumulación de líquido en el peritoneo, que se encuentra en el vientre. Sin embargo, también se puede notar en los tobillos, muñecas, brazos y cuello. Además de la retención, otras manifestaciones pueden ser:
• Aumento del tamaño abdominal
• Hinchazón de las extremidades
• Falta de aire
• Dificultad para respirar
• Dolor en el pecho
Que enfermedad más difícil y que sensación más incómoda debía tener ese hombre, la biblia no lo describe, pero yo me imagino que en la mesa el puesto que le dieron a Jesús fue frente a ese hombre, o mejor dicho el puesto que le dieron a ese hombre fue frente a Jesús; y Jesús con amor (lo que siempre lo mueve a hacer las cosas), pudo ver a través de los ojos de aquel hombre su dolor y aflicción, quizás ese hombre, por estar en casa de un “religioso” habrá pensando si pedirle a Jesús o no le sanara y más que era día de reposo, pero Jesús fue más allá, porque él conoce lo que pensamos y sentimos, él sabe cuando algo nos está afectando.
Así que él tomó a aquel hombre y lo sanó y le despidió…el hecho de que lo haya despedido me da a entender que Jesús sabía que ese hombre fue a la cena porque sabía que Él estaría ahí, y para su suerte le tocó estar frente a él, (esto no lo describe la biblia, pero me imagino la escena).
No sé qué situación estés atravesando en estos momentos, pero debes saber que Jesucristo sabe lo que te afecta, y tiene una respuesta y solución a eso que te quita La Paz; sólo debes dar un paso de FE, y acercarte a él.
Muchas veces pensamos en que no sabemos orar, que no sabemos qué decirle a Dios, que él no escucha, aunque nuestro escenario es diferente a los que tuvieron el privilegio de vivir en la época de Jesús, Él nos dejó al Espíritu Santo, el cual nos guía a orar y nos enseña todo sobre él.
Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré.
– Juan 16:7
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho.
– Juan 14:26
Hagamos una pequeña oración:
“Amado Jesús, al igual que ese hombre hidrópico, también necesito de ti, no sé cómo acercarme, no sé cómo buscarte, pero confío en que tu Espíritu Santo, me guiará; gracias por no habernos dejado solos. Confío en que mi situación tú la cambiarás. En tu poderoso nombre lo creo. Amén.
Búscalo HOY.
Bendiciones
LA
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