“Sean, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y anden en amor, así como también Cristo les amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma.” – Efesios 5: 1-2
El llamado a imitar a Dios suena imposible. Sin embargo, así como un niño pequeño imita imperfectamente las acciones de un padre, los discípulos de Jesús lo copian. En estos versículos en Efesios, se encuentra una forma clave de imitar a Dios: caminar en amor.
El amor, por definición, da tiempo, atención y compasión. El amor gasta energía, recursos intelectuales y dinero. El amor sacrifica intereses personales, deseos y necesidades por los intereses, deseos y necesidades de los demás.
De hecho, el amor requiere sacrificio. El sacrificio de Jesús por nosotros revela cómo es el verdadero amor. Juan nos explica qué es \”amor\” en su primera carta.
“En esto consiste[a] el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados.” -1 Juan 4:10
El llamado a \”caminar en amor\” va mucho más allá de amar a personas agradables, parecidas a nosotros o agradables. Dios nos llama a amar también a las personas sucias, poco atractivas y necesitadas. Nos ordena que amemos a las personas codiciosas, ingratas y adversarias. Dios nos dirige a amar a estas personas porque eso es lo que una vez lejos de Él fuimos.
Pablo les dice a los creyentes en Roma: \”Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.\” (Romanos 5: 8).
Caminar en el amor es poner diariamente a los demás por delante de nosotros mismos.
Caminamos en amor, no porque otros merezcan nuestro amor, sino porque Jesús nos amó primero.
\”Amados, si Dios así nos ha amado, también debemos amarnos unos a otros.\” (1 Juan 4:11).
Te invito para que hagamos esta oración el día de hoy: “Espíritu Santo, lléname de tu presencia para que pueda caminar en amor como Cristo me ama. Amén. “
Bendiciones
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