Anhelos Compatibles

Y Yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Lucas 11:9

Recuerdo que un día un gran amigo de mi familia nos visitó. Este, antes de irse, prometió regresar para traernos mangos de la finca de sus padres. Nunca dijo qué día específico regresaría. Tampoco mantuvo comunicación con nosotros luego de esto. Debo añadir, que antes de su promesa le habíamos hecho la petición. Tres cosas nos motivaron a hacerlo: la confianza, saber que él podía conseguirlos y además, los mangos son unas de nuestras frutas favoritas.

Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. 1 Juan 5:14

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6

De pronto un día, hizo como había prometido. Regresó con la solicitud en mano. Por supuesto, que teníamos en nuestro rostro, una sonrisa de lado a lado, dándole muchísimas gracias. Luego de esto, por supuesto que disfrutamos mucho comerlos comernos los mangos, porque era algo estábamos anhelando.

Deléitate asimismo en Jehová,
Y Él te concederá las peticiones de tu corazón. Salmos 37:4

Esto, aunque algo sencillo, me recordó una enseñanza. Cuando oramos muchas veces dejamos nuestros anhelos a los pies del Señor. Pedimos a Él porque sabemos que en Él hallamos la respuesta. Pedimos a Él porque su paternidad lo quiere llenar todo en nosotros. Pedimos a Él porque quiere lo mejor para nosotros. Pedimos a Él porque no hay otra persona que sepa los planes que ha trazado para nosotros. Pedimos a Él porque confiamos en su amor. Pedimos a Él porque descansamos en su poder. Él decide qué día es el mejor para responder. Hay respuestas que para nosotros parecen tardar un poco, pero pero para Dios su tiempo es perfecto.

He aquí que Yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. Isaías 43:19

Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Santiago 4:3

Sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Mateo 6:20

La base de nuestros anhelos sean compatibles con el corazón de Dios. Su respuesta llega no solo porque creemos, sino porque las mismas están alineadas a su corazón. Dios quiere hacer su obra en nuestras vidas, hacer su obra en nuestras familias, hacer su obra en nuestra nación, hacer su obra en toda la tierra.

La clave está en su corazón, en su voluntad. Por supuesto, suple todas nuestras otras necesidades refiriéndonos a las que son para esta vida. Pero si nos encargamos de las más valiosas, tras ellas llegan las respectivas añadiduras. Enfocar nuestros anhelos en lo eterno nos evitará vivir en un desierto donde solo conocemos a Dios como un Proveedor para las cosas de esta vida. Pero esta es la historia contraria que Él quiere escribir en nosotros. Pasemos más allá. Mantengamos una visión más amplia.

Recordemos que sus silencios y sus no, también son respuestas confirmadas. Aún así, sigue siendo bueno.

Porque Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Jeremías 29:11

He aquí que Yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí? Jeremías 32:27

Oración

Señor, te agradecemos porque tienes planes buenos con nosotros. Gracias porque deseas desarrollar con nosotros una relación donde te conozcamos más allá de un Padre proveedor para las cosas de la vida cotidiana. Trabajas en las respuestas aunque algunas nos parezcan lejanas recibirlas. Lo que sucede es que tomas tu tiempo porque tus obras las haces muy bien. Te bendecimos. Nuevamente, gracias.

Bendeciré a Jehová que me aconseja; aun en las noches me enseña mi conciencia. Salmos 16:7

Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas. Salmos 9:1