¿Recuerdas la primera gran compra que hiciste? Ya sea que se trate de un automóvil o una casa, es probable que hayas obtenido un préstamo. Si era la primera vez que solicitaba dinero prestado, probablemente tenía que pedirle a tu papá o pariente que co-firmara el préstamo.

Cuando un banco se arriesga con un nuevo cliente, cubre ese riesgo al pedirle a alguien que tenga un ingreso estable y que pague sus cuentas de manera confiable que también ponga su nombre en el préstamo. Si el nuevo cliente se atrasa en su factura, el cosignatario que los avaló es responsable de recuperar la deuda.

La gestión de riesgos tiene sentido para un banco, pero no es el tipo de vida al que estamos llamados como creyentes. Dios nos dice que confiemos en Él, que no cubramos nuestras apuestas o hagamos planes de respaldo. Él es más que nuestro plan A. Él es nuestro todo.

Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; – Hebreos 6:17

El escritor de Hebreos nos recuerda que Dios no necesita un cosignatario. No hay nadie más alto o más grande que pueda responder por él. Cuando Dios hace una promesa, es una garantía sólida como una roca .

La única forma de experimentar lo que Dios dice que es verdad es llevarlo a Su Palabra. Si esa perspectiva te aterroriza, no estás solo. Dios prometió bendecir a Abraham con muchos descendientes. Pero cuando pasaron los años, y Abraham todavía no tenía hijos, el temor de no tener un heredero lo venció y Abraham engendró un hijo con un sustituto (Génesis 16: 1-4).

Confiar en alguien total y completamente no es algo natural. Por eso la fe se llama fe. Dios cumplió su promesa a Abraham. Él y su esposa concebieron milagrosamente. Luego, su hijo se casó y tuvo hijos, y muchas generaciones después, Jesús vino al mundo a través de su árbol genealógico.

Dios no es hombre, para que mienta,
Ni hijo de hombre para que se arrepienta.
El dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará? – Números 23:19

Cuando confíe en Dios, recuerde: Dios no retrocede en Su Palabra. Él nunca lo ha hecho, y nunca lo hará.

Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta. – 1 Samuel 15:29

Reflexiona:

En una escala del 1 al 10, ¿cuánto confías en Dios?

¿Hay algo que necesites comenzar a hacer o dejar de hacer para confiar mas en Su Palabra?

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