1. Dios responde a todas sus promesas

Hoy les invito a leer 2 Corintios 1:15-22

¿Qué te viene a la mente cuando escuchas la palabra \”promesa\”? ¿Recuerdas una expectativa insatisfecha? Tal vez la desconfianza se eleva dentro de ti ante la mención de la palabra.

Para muchos de nosotros, la connotación de esta palabra no es positiva. La vida nos ha arrojado bolas curvas. La gente nos ha decepcionado.

No importa nuestras experiencias en el pasado, Dios nos invita a pensar de manera diferente acerca de sus promesas.

En una carta a la iglesia en Corinto, Pablo aseguró a las personas que el mensaje de Jesús era confiable. Las promesas de Jesús eran para ellos porque creían. Los planes de viaje de Pablo pueden haber cambiado un poco, pero el Jesús del cual el les habló es firme e inmutable.

Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por nosotros á gloria de Dios. – 2 Corintios 1:20

Jesús es el \”sí\” de Dios a cada promesa que hizo. Todo el anhelo, la espera y la pregunta acerca de lo que Dios está haciendo se responde en la vida de Jesús. Confiar en las promesas de Dios significa confiar en Jesús como el cumplimiento de esas promesas.

Como prueba, Pablo habla de dos dones que Dios nos da. Primero, Dios nos trae a su familia. Dios nos ha puesto a un lado como suyos. Nada puede eliminar el \”sello de propiedad\” que recibimos cuando estamos en Cristo.

Segundo, Dios puso su Espíritu en nuestros corazones. Dios está con nosotros siempre. Nos está guiando a los días por venir.

Dios nos muestra a través de la vida de Jesús y su Palabra que cumple cada promesa que hace. No tenemos que preguntarnos cómo termina la historia porque ya está escrita. Cuando cuestionamos si Dios cumplirá Sus promesas, podemos mirar a Jesús y recordar el amor, la fidelidad y la gracia de Dios.

Te dejo esto por aquí para que reflexionen:

• ¿Hay alguna promesa que sientas que Dios ha dejado sin cumplir en tu vida? ¿Qué es?
• ¿Cómo cambia la vida y el carácter de Jesús tu perspectiva de esa promesa incumplida?