Te invito a leer Hechos 5.
Dios castiga a Ananías y Safira (esposos) por mentir.
El libro de los Hechos es un desafío directo a nuestro deseo natural de ir a lo seguro. Mientras que muchos de nosotros probablemente crecimos pensando que el cristianismo tenía que ver con la comodidad y la prosperidad, la Biblia pinta un cuadro muy diferente. El juicio de Pedro y Juan ante el Sanedrín es sólo el comienzo.
Así, pues, los apóstoles salieron del Consejo, llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre. Y día tras día, en el templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús es el Mesías. – Hechos 5:41-42
Los miembros de la iglesia primitiva soportaron prisión, palizas, exposición a la muerte, apedreamiento, naufragios, insomnio, hambre, sed y desnudez como resultado de proclamar a Jesús como Señor. En lugar de renunciar, se alegraron cuando sufrieron por Jesús.
La mayoría de nosotros nunca hemos sido azotados por nuestra fe. No deberíamos sentirnos culpables por no haber soportado ese tipo de persecución. Más bien, deberíamos sentirnos desafiados a levantarnos en nuestras circunstancias actuales. Dios nos puso en este tiempo y lugar para que su nombre sea glorificado ahora. ¿Estamos compartiendo con valentía el mensaje de Jesús en cada área de nuestras vidas o nos escondemos detrás de la apatía y la comodidad?
En seguida los llamó, y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron con Jesús. – Marcos 1:20
La recompensa de una vida vivida con audacia para Jesús supera con creces cualquier consecuencia temporal que podamos soportar. Quién sabe cuáles serán las repercusiones de compartir a Jesús en tu escuela, lugar de trabajo o familia. Pero podemos estar seguros de que, sea cual sea la situación a la que nos enfrentemos, Jesús está con nosotros. En cualquier situación, podemos compartir el Evangelio con valentía.
Te invito a salir de tu zona de confort.
Bendiciones.
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