Todas las mañanas nos levantamos y nos bañamos para ir a diferentes labores, algunos a trabajar, otros a pasear, pero el aseo personal es parte de la vida porque así fuimos enseñados en que todos los días debemos bañarnos para que nuestro cuerpo se mantenga limpio, huela bien y nos dé una sensación de frescura.

Nosotros los hijos de Dios, nos presentamos delante de Dios cada día, porque es parte de nuestra vida estar en comunicación con él, ya que estamos en sus manos.

El salmista David, el hombre al que Dios le dijo : eres conforme a mi corazón hacia algo todos los días, él iba a la presencia de Dios y oraba, hablaba con Dios y Dios habla la con él, antes de comenzar el día, antes de hacer todas sus actividades.

Oh Jehová, de mañana oirás mi voz;De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
Salmos 5:3

Yo quiero que Dios pueda oír mi voz todas las mañanas, que él sea mi primer pensamiento del día donde mi boca puede alabarlo por un día más de su misericordia, por darme el privilegio de respirar, vivir y volver a ver a mi familia, amigos etc.

Cuando nos presentamos diariamente en la presencia de nuestro Dios, debemos ir tal y como somos, sin mascaras, reconociendo nuestra condición de pecadores que aceptan que necesitan la sangre de Cristo en sus vidas para ser limpiados y valorar ese sacrificio que Jesucristo hizo en la cruz por nosotros.

Me encanta saber que cada mañana puedo contar con Dios, que él siempre está allí para mí, esperándome todas las mañanas, así como espera por ti.

Cuando ya estamos en esa cita con él donde decimos muchas cosas, donde el corazón se abre para dar gracias, entregarle lo que haremos hoy o también decir lo que nos causa tristezas, preocupaciones para que Dios tome el control absoluto de todo, debemos saber esperar para que Dios también nos hable, para que él traiga consuelo a nuestras vidas, para que nos dé su fortaleza para avanzar.

La impaciencia, el afán y el apuro no nos permite esperar el turno de Dios, que él también pueda hablar con nosotros y decirnos lo que quiere que hagamos.

Hoy, tomemos la actitud correcta de ir a nuestro Padre confiadamente porque él nos espera con amor y los brazos abiertos, él quiere oír tu voz pero también quiere hablarte, espera, no te vayas sin que él hable contigo.

Que tengas un maravilloso día, lleno de muchas bendiciones.

Author

Categories: Devocional