Hay cosas en el cuerpo del ser humano que sabemos que existen porque nos dijeron en la escuela, la aprendimos en la clase de ciencias naturales sobre las partes del cuerpo, pero usted no las ve, no las puede tocar con sus manos, por ejemplo el cerebro, las neuronas y todo lo que el involucra allá adentro, sin embargo nos acompañan a todos lados, pero no sabemos como esta por dentro.
Hay cosas en nuestro corazón que no podemos ver ni examinar profundamente, quizás pensamos que todo marcha excelente pero es necesario que Dios nos muestre lo que nos ensucia y nos debilita.
Quiero compartir con ustedes hoy una de las cosas que él Rey David pedía en oración y es lo que yo pido también en mis oraciones.
Porque estámos en un mundo donde abunda la maldad y muchas veces nuestro corazón se ensucia con lo que vemos, escuchamos, tocamos o a donde vamos y nuestro corazón empieza a mancharse y nuestras acciones ya no son las que agradan a Dios, sino que caemos en pecados vergonzosos, algunos son públicos otros sólo tú y Dios lo saben.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,Y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti,Y no quites de mí tu santo Espíritu.
– Salmos 51:10-11
Cuando le pedimos a Dios que nos transforme a través del espíritu Santo, tienes que creer que él está haciendo algo en tu vida, es un proceso de transformación continua y no debes desesperarte porque su obra está siendo formada dentro de ti.
Siempre que nos mantengamos conectados con el espíritu Santo, seremos guiados por él, el peligro es cuando no nos dejamos guiar, creyendo que lo que nosotros pensamos es mejor y habrán momentos donde no entendemos el camino por donde estamos pasando, pero Dios está perfeccionando el carácter de Jesucristo dentro de nosotros.
Vamos a pedirle al Señor que cambie nuestros corazones y nos ponga uno limpio, para que sus propósitos se cumplan en nosotros y seamos usados en su Reino.
Dios es Amor y quiere depositar ese amor en nuestros corazones.
Que Dios te bendiga y su espíritu Santo te guíe.
