A veces nuestra forma de vivir, malas decisiones, pensamientos de acusación y pecados ocultos nos hacen pensar que ya nada será igual, qué quizás Dios se ha olvidado de nosotros.
Te voy a contar sobre un hombre pecador, ladrón, estafador que llegó a un momento de su vida donde sintió que aunque tenía mucho dinero por todos los negocios que había echo estafando, sintió una gran necesidad.

Esa necesidad que confundimos pensando que es porque aún no te has casado, no tienes trabajo, te falta dinero, sientes que eres fea o sencillamente piensas que deberías hasta vivir en otro lugar para ser feliz. Pero la verdad es que esa necesidad profunda es nuestra carencia de Dios en el corazón.

Esto fue lo que Jesús le dijo a zaqueo, él buscaba sólo una experiencia con Dios pero Dios lo sorprendió aún más.

Jesús respondió: —La salvación ha venido hoy a esta casa, porque este hombre ha demostrado ser un verdadero hijo de Abraham.
Lucas 19:9 NTV

Jesús está tocando a la puerta de un corazón que le abra y le dé el permiso de entrar a su vida para cambiarlo.
La necesidad más grande que tenemos los seres humanos, es de Dios. Nada ni nadie puede llenar el vacío del corazón del hombre.

Pues el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar a los que están perdidos.
Lucas 19:10 NTV

Zaqueo sólo quería ver a Jesús, pero Jesús quería sentarse a comer con él y tener una relación cara a cara.

Ya no busques más, Jesús te está esperando con los brazos abiertos, tal y cómo eres te ama.

Dios te bendiga.

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