Te invito a leer Salmo 63: 1-11
Mientras huye de Saúl, David se refugia en el desierto de Judá. David tiene sed y calor, necesita provisiones físicas básicas. Pero es la sed espiritual, no la sed física, de lo que canta en el Salmo 63.
“Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua.”
– Salmo 63: 1
La desesperación nos impulsa a apoyarnos completamente en Dios.
La desesperación de estar en el desierto lleva a David a apoyarse completamente en Dios. En lugar de enfocarse en sus circunstancias, David se enfoca en su Salvador. Recuerda sentir la presencia de Dios y vive en el amor de Dios, que es \”mejor que la vida\”. Y cuando David se enfoca en el carácter de Dios, encuentra la fuerza para sobrevivir.
Tu amor inagotable es mejor que la vida misma; ¡cuánto te alabo!
– Salmo 63:3
Si bien no nos escondemos en los desiertos o huimos de un rey asesino, todavía enfrentamos dificultades. Si alguna vez has escuchado el dicho, \”Dios nunca te pondrá más de lo que puedas soportar\”, sabes que es mentira. Dios a menudo nos permite experimentar más de lo que podemos manejar para que aprendamos a depender de Él.
Me aferro a ti; tu fuerte mano derecha me mantiene seguro.
– Salmo 63:8
¿Cuál es tu desierto? Por más seco y sediento que estés, permite que Dios sea tu refugio. Los tiempos desesperados pueden ser temporadas de gran crecimiento espiritual cuando aprendemos a confiar en Él.
Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.
– Apocalipsis 22:1-5
Bendiciones.
≪Todo cambia en este mundo excepto el amor de Cristo.≫
Luis Palau 1934-2021
0 Comments